Año de producción: 2006
País: Irlanda
Dirección:
John Carney
Intérpretes: Glen Hansard, Markéta Irglová,
Bill Hodnett, Danuse Ktrestova, Marcella Plunkett.
Guión: John Carney
Música: Glen Hansard
Fotografía: Tim Fleming
El protagonista es un joven que
cada día se aposta con su guitarra en Grafton Street, la calle peatonal más
emblemática de Dublín. Un día, una chica que vende flores en la misma calle le
escucha con gusto y le pregunta acerca de su vida. El le explica que además de
trabajar en un modesto negocio familiar, compone y canta sus propias canciones
para sacar un dinero extra. Al día siguiente, vuelven a verse, charlan y se
divierten, y resulta que ella, de nacionalidad checa, tiene estudios de piano.
Poco a poco comienzan a hacerse amigos, quedan para tocar juntos y pronto cada
uno le cuenta al otro sus anhelos y tristezas en la vida y en el amor. Y se
enamoran. El título de la película da pistas acerca de lo que vemos: el amor
puede nacer de nuevo. Otra cosa es lo que hagamos con el.
Ella está casada. Pero su marido
está lejos. El tuvo una relación. Ante
la petición de él de irse a vivir juntos a Londres, ella se niega. Está su
madre por medio y su marido al que no quiere, pero que acepta que vuelva a
vivir con ella ya que quiere que su hija Ivonka tenga un padre.
Hay una decisión dura donde la cabeza
ha predominado sobre el sentimiento. ¿Iban a ser felices juntos?. No lo
sabemos, pero la realidad es la que es y no se puede romper así como así. No se
puede dejar sin más a una persona por otra, aunque se piense que se está
enamorado de ella, porque hay otras, que por esa decisión (el marido, la madre,
la hija de la protagonista) sufrirán.
Hay una madurez en la
protagonista, que la hace capaz de esa
renuncia por otros seres queridos. ¿Sufre por ello?. Se ve que sí.
Aunque al no aparecer un sentido religioso en esa renuncia, tampoco sabemos lo
que sucedería después, cuando se canse del marido al que no quiere.
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