domingo, 28 de abril de 2013

THE BLIND SIDE (Un sueño posible)

Año: 2009
País: EEUU
Dirección: John Lee Hancock
Intérpretes: Tim McGraw, Quinton Aaron,Sandra Bullock, Jae Head, Lily Collins, Ray McKinnon, Kathy Bates, Kim Dickens
Argumento: Michael Lewis (novela "The Blind Side: Evolution of a game").
Guión: John Lee Hancock
Música: Carter Burwell
Fotografía:Alar Kivilo

La película cuenta la historia auténtica de Michael Oher, que se convirtió en jugador de la liga profesional de fútbol americano cuando todos los elementos jugaban en su contra. La cosa se inicia con Big Mike, un adolescente afroamericano que ha crecido en un ambiente familiar desestructurado. En tal tesitura resulta milagroso que no se haya convertido en un delincuente y un holgazán. Es un chico callado y retrasado en los estudios y sin hogar. De modo sorprendente le admiten en una escuela cristiana, donde una maestra se esfuerza en ayudarle, pero no faltan las dificultades. El revulsivo definitivo en su vida será que Leigh Anne, la madre de dos chicos que estudian en el mismo colegio, se fije en él. De ofrecerle su casa para dormir una noche, pasará, de acuerdo con su esposo y los dos hijos, a adoptarlo. Y vistas sus excepcionales condiciones físicas, le apoyarán en su posible carrera deportiva.

La película es un drama de relaciones personales que resalta la importancia del hecho de disfrutar de una familia, proteger a los que te rodean, tener un círculo que te apoye...en definitiva, factores humanos que se entrecruzan dentro de un argumento donde la conexión entre los personajes resulta fundamental y, en especial, la atípica relación madre-hijo entre Leigh Anne y Michael. 

Se resalta la idea que una familia estable, fundada en el matrimonio, constituye el ambiente adecuado, basado en el amor y el apoyo familiar, para el desarrollo personal de sus miembros, en este caso más concreto, de Michael. Se asiste a un proceso de superación impresionante, desde el casi analfabetismo hasta alcanzar el nivel necesario para poder entrar en la universidad.

Son interesantes las relaciones entre los dos esposos, dos ejecutivos de éxito, profundamente distintos uno del otro, pero unidos en unos comunes ideales cristianos que son los que posibilitarán la adopción de Michael por la familia. Los dos saben comunicarse, hablar. Realizan, por tanto una de las cosas más importantes en el matrimonio. Al mismo tiempo, aunque los termina compartiendo, el marido, por encima de sus deseos, pondrá los deseos de su mujer por delante, ya que es ella la que toma la iniciativa en todo lo referente a Michael. De la misma forma, la mujer sabrá pasar por alto algunos defectos de su marido, como se puede ver en la comida de acción de gracias.

lunes, 22 de abril de 2013

MATRIMONIO DE CONVENIENCIA


Año de producción: 1990
País: EEUU
Dirección: Peter Weir
Intérpretes: Gérard Depardieu, Andie MacDowell, Bebe Neuwirth, Gregg Edelman, Robert Prosky, Jessie Keosian.
Guión: Peter Weir
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Geoffrey Simpson

Bronte, una tímida neoyorkina, y George, un inmigrante francés, deciden casarse por  conveniencia. Pero la oficina de inmigración decide investigar lo que sospechan es un fraude. Para salir del atolladero, Bronte y George vivirán un  fin de semana como un matrimonio “normal”, lo que dará lugar a situaciones divertidas y emotivas.

La película plantea el clásico problema de los matrimonios por conveniencia y más en países con fuerte inmigración. Pero, ¿qué es lo que diferencia un matrimonio de conveniencia de un matrimonio normal?. La película nos dice que es el amor que termina surgiendo entre ellos dos. Lo que era un matrimonio para defraudar las leyes de inmigración (en el caso de él) y poder tener un apartamento (en el caso de ella), se convierte en un verdadero matrimonio porque terminan enamorados.

Pero en la película se ve algo más, de forma especial en el caso del protagonista. Es un amor de entrega, de preocupación por ella, de estar pendiente de ella, no es un cariño de mera satisfacción egoísta. El no duda en sacrificarse al final para que ella pueda seguir en el apartamento. Es un amor con detalles, que hace reir a la protagonista. Y ésta termina respondiendo. Nos gustaría saber, no obstante, si la protagonista terminaría siguiendo a su marido más allá de los Estados Unidos, una vez que éste es expulsado.

lunes, 15 de abril de 2013

MIOS, TUYOS Y NUESTROS


Año de producción: 2005
Dirección: Raja Gosnell
Intérpretes: Dennis Quaid, Rene Russo, Sean Faris, Katija Pevec, Dean Collins, Tyler Patrick Jones, Haley Ramm, Brecken Palmer, Ty Panitz, Danielle Panabaker, Linda Hunt
Guión: Ron Burch, David Kidd
Música: Chistophe Beck
Fotografía: Theo Van de Sande

Frank es almirante de la Marina estadounidense. Viudo y padre de ocho hijos, está acostumbrado a llevarlos más derechos que una vela. Helen comparte con Frank dos cualidades: es viuda y como él es madre de familia numerosa, diez retoños. Pero ahí acaba el parecido, pues ella es diseñadora de moda, y su mente creativa le lleva a ser más indulgente con el desorden de sus hijos. No obstante, va a suceder lo inesperado: Frank y Helen se enamoran, de modo que tras casarse su hogar contará dieciocho hijos. Y precisamente éstos no están nada contentos con el arreglo, pues la llegada del nuevo padre y de la nueva madre supone la introducción de nuevas costumbres con las que, unos y otros, por diversos motivos no se encuentran muy a gusto. Los forzosos hermanos se ponen entonces de acuerdo en sabotear el matrimonio.

Es una película menor, pero con ella quiero hacer resaltar una cuestión que puede parecer extraña. El proceso de organizar una familia tan numerosa es tan absorbente, que la pareja olvida que, antes que los hijos, son ellos dos.

La experiencia demuestra que hay muchas separaciones en que los cónyuges se quieren, pero han estado tan absorbidos por el trabajo e incluso por los hijos, que se han olvidado de ellos mismos. Y lo han terminado pagando.

Tiene razón Teresa Díez (Pijama para dos, 2 ª ed., 2009, p. 143) cuando, ante la pregunta ¿a quién salvarías de un incendio, a tu marido o a tus hijos? contesta, ante el asombro de los que la interrogan, que, primero, a su marido. Y, añade que la respuesta refleja una realidad esencial del amor y del matrimonio: “Los hijos son consecuencia del amor de los padres. No es que sean menos importantes, menos queridos o menos entrañables, sino que son consecuencia. Tal cual. Esto tan elemental no parecen pillarlo muchos esposos y, sobre todo, muchas mujeres, a las que el tirón biológico, el instinto maternal, les nubla la vista.

Vamos a ver, amiga Pepi: céntrate –me dan ganas de decir-. A mí no me gustan especialmente los niños. Son muy monos, la alegría de la huerta, todo lo que quieras. Okay Makey , pero a mí gustar-gustar, me gusta mi marido. No saquemos las cosas de quicio. Me he casado, lo he dejado todo, he cambiado el ritmo de vida, por irme con un hombre –o una mujer-. Y resulta que, en cuanto nace un bebé o tengo la parejita, cojo al marido, le quito del casting y le relego al papel de extra.
La defenestración del cónyuge está a la orden del día. Y refleja la falta de idea claras de muchas parejas. (…..)”.

No. Los hijos son consecuencia. Y el amor es su fuente. En eso consiste precisamente su grandeza y su sentido. El hombre y la mujer son, en primer lugar, esposos, y después, padres, como queda subrayado explícitamente desde que Adán y Eva hicieron su aparición en escena.

Lo expresa perfectamente Jean Guitton:
“Existe el peligro de que una madre olvide que es, en primer lugar, esposa. Existe el peligro de que una madre se vuelque en sus hijos y olvide al esposo: entonces él corre el riesgo de  apartarse de ella y buscar el centro de su vida en otra parte. Los hijos son la bendición, la gloria y el esplendor del amor. Convertirlos a ellos exclusivamente en el eje de los pensamientos y cuidados, en detrimento del amor conyugal, que es su fuente, es una debilidad.”

domingo, 14 de abril de 2013

LO IMPOSIBLE

Año: 2012
País: España
Dirección: Juan Antonio Bayona
Intérpretes: Ewan McGregor, Naomi Watts, Tom Holland (II), Geraldine Chaplin, Marta Etura, Sönke Möhring, Dominic Power, Samuel Joslin
Guión: Sergio G. Sánchez
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Oscar Faura

Se nos cuenta la historia -basada en un hecho real- de los Bennet, el matrimonio Maria y Henry, y sus tres hijos Lucas, Thomas y Simon, de doce, siete y cinco años, de vacaciones por Navidad en Tailandia. Días placenteros en un lugar idílico, puestos literalmente patas arriba por el tsunami destructor que asoló la costa en 2004. La familia se dispersa, tenemos dudas sobre la supervivencia de unos y otros, viven experiencias personales, y con otros individuos que conocen, muy fuertes.

Es una historia de catástrofes, pero, al mismo tiempo, se refleja bien la unidad existente en la familia -¡qué más da que sean rubitos,!-que hace que cada uno luche por los demás, especialmente reflejado en la relación de Mary, la madre, con su hijo mayor, que se convertirá en su protector, a causa de las graves heridas que ella sufre. Es una historia, por tanto, de amor a la unidad familiar pero también de solidaridad hacia los demás, como cuando madre e hijo salvan a Daniel después del tsunami, a pesar de que Lucas quería seguir adelante o cuando, ya en el hospital, Mary pide a su hijo que esté pendiente de los demás heridos.

martes, 9 de abril de 2013

NADER Y SIMIN, UNA SEPARACION



Año: 2011
País: Irán
Dirección: Leila Hatami, Peyman Moaadi, Shahab Hosseini, Nimia Hosseini, Sareh Bayat, Babat Karimi, Sarina Farhadi, Ali-Asghar Shahbazi, Shirin Yazdanbakhsh
Guión: Asghar Farhadi
Fotografía: Mahmoud Kalari

Nader y Simin, que tienen una hija de once años, acuden al juez para solicitar el divorcio. Ella querría partir al extranjero, pero Nader rehúsa tal idea, desea cuidar de  su padre, aquejado de demencia senil. Mientras el juez difiere su decisión, sobre todo en relación con la custodia de la hija, Nader debe contratar a una mujer que cuide de su padre. Una negligencia y un fatal accidente de esta mujer, que estaba embarazada de  cinco meses, darán pie a un cruce de denuncias, que complica aún más la delicada situación de esta familia.

En esta película, entre otras cosas, se nos recuerda algo tan elemental y pasado por alto tantas veces que las principales víctimas en un divorcio son los hijos, en este caso, la hija del matrimonio, que sufre ante la separación de sus padres y que, al mismo tiempo, trata por todos los medios de salvar la unidad familiar.

domingo, 7 de abril de 2013

AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO

Año: 2011
País: China
Dirección: Zhang Yimou
Intérpretes: Zhou Dongyu, Dou Shawn, Xi Meijuan, Li Xuejian, Chen Taisheng, Sa Rina, Lu Liping, Jiang Ruijia
Argumento: Mi Ai (novela)
Guión: Yin Lichuan, Gu Xiaobai, Ah Mei
Música: Oigang Chen
Fotografía: Zhao Xiaoding

Año de la revolución cultural china. La familia de Jhing ha sido obligada a trasladarse al campo, mientras su padre está en prisión por sus ideas políticas. Ella debe esforzarse para prepararse como maestra demostrando lealtad al partido, sin dar un paso en falso que le haga recaer a ella y a los suyos en desgracia. Conocerá a Sun, que hace trabajo de campo para el instituto geológico y cuyo padre tiene buenas conexiones con el régimen. Ambos se enamoran perdidamente y mantienen una tierna y limpia relación, aunque evitando que sea conocida públicamente, por las posibles repercusiones que podría tener en el futuro de una y otro.

Zhang Yimou demostró la fuerza y delicadeza con que puede manejar una historia de amor en El camino a casa (1999). El director vuelve a recorrer este terreno con más sencillez, pero igual talento a través de un enamoramiento adolescente bien contado, romántico y  tierno (ahí están las escenas en que el protagonista le regala a ella unas botas para que pueda trabajar mejor o los cuidados que él hace en los pies dañados de ella), pero huyendo de la grosería y de la cursilada.

Lo hace adaptando una novela de Mi Ai, en que orilla bastante la cuestión política para centrarse en lo humano, en el entorno familiar -la madre prudente, la complicidad de los hermanos pequeños en el secreto del noviazgo- y sobre todo el seguimiento a la pareja protagonista, donde sorprende gratamente el elogio al respeto del otro, la no reducción del amor a lo físico (nuestras madres dirían que es una historia de amor <<como las de antes>>, es decir, centrada en los sentimientos y no en el sexo), aunque sea manejando sin ñoñerías unas sorprendentes ingenuidad e inocencia (aunque no deja de llamar la atención que la protagonista piense, como se decía antes, <<que los niños vienen de París>>).

Es una preciosa y pura historia de amor, con una frase redonda al final: <<No te he podido esperar un año y un día. No te he podido esperar hasta que cumplas veinticinco años. Pero te he esperado toda la vida>>.  Es una película lenta y que hace disfrutar y pensar.