Año de producción: 1952
País: EEUU
Dirección:
John Ford
Intérpretes: John Wayne, Maureen O`Hara, Barry
Fitzgerald, Ward Bond, Victor Mc Lagen, Mildred Natwick, Francis Ford, Eileen
Crowe
Guión: Frank S. Nugent
Música: Víctor Young
Fotografía: Winton C. Hoch
La película cuenta el regreso a
tierras irlandesas del ex boxeador Sean Thornton, que desea dejar detrás su
traumático pasado en Estados Unidos, y establecerse así en Inisfree, el lugar
de los orígenes familiares, para vivir en paz. Enseguida se enamora de Mary
Kate Danaher, con quien quiere casarse, pero las diferencias con su hermano
Will por cuestiones de tierras parecen abocar al fracaso las posibilidades que
tal matrimonio se celebre algún día.
Esta espléndida película nos recuerda
algo elemental en un matrimonio: que un hombre no es una mujer ni una mujer es
un hombre. En este sentido, el film es una mina de ideas sobre la feminidad y
la masculinidad. Pero estas diferencias entre el hombre y la mujer (biológicas,
anímicas, sicológicas, de comunicación), pueden unir, más que separar, al hombre y a la mujer. Obligan a uno y al otro a
salir de sí mismos, a ponerse en la piel del otro cónyuge, a interesarse por él
o por ella y por sus cosas. A la vez
estas diferencias enriquecen, porque ayudan a los dos a adquirir nuevas
perspectivas y visión más amplia de las cosas.
Es una película que habla también
de la necesidad de la renuncia y de la comprensión. Sean Thornton llegará a
comprender la necesidad de su mujer de tener su ajuar y su dote, y ella, una
vez conseguido el dinero, por el que tanto ha suspirado, no vacilará en echarlo
al fuego.