lunes, 28 de abril de 2014

UNA FAMILIA DE TOKIO

Año: 2013
País: Japón
Director: Yoji Yamada
Música: Joe Hisaishi
Fotografía: Masashi Chikamori
Intérpretes: Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Tomoko Nakajima, Yu Aoi, Yui Natsukawa, Satoshi Tsumabuki, Masahiko Nishimura, Shigeru Muroi, Shozo Hayashiya, Etsuko Ichihara, Bunta Sugawara.

El anciano Shukichi Hirayama y su esposa Tomiko viven en una pequeña isla. Aunque no les gusta la vida urbana, van a Tokio a pasar unos días con sus hijos.

Espléndido remake de <<Cuentos de Tokio>> de Yasujiro Ozu. Es una película donde todos nos sentimos identificados: el de unos padres que van a ver a sus hijos, pero éstos, demasiado ocupados, con hogares muy pequeños, apenas tendrán tiempo para atenderles (no deja de ser fuerte que los hijos envíen a sus padres a un hotel para que se alojen allí).

Sigue llamando la atención que en una cultura, donde aparentemente había una especial veneración por los mayores, suceda ésto, igual que una sociedad occidental cualquiera. Se ve que las motivaciones religiosas que quizás impulsaran a la cultura nipona a cuidar de forma especial de sus ancianos ha desaparecido. No es que los hijos sean malos o descastados: están simplemente muy ocupados para atender a sus padres que son una carga para ellos.Pero los padres no se lo echan en cara ni hay reproches. Echan, eso sí, de menos el afecto de sus hijos, pero entienden. 

Espléndida la caracterización del matrimonio. Rezuma cariño, comprensión y entendimiento entre ellos. Ambos son distintos. Ella tranquila y cariñosa, siempre lazo de unión con los hijos. El, aparentemente cascarrabias, muy enamorado de su mujer. Los años no han hecho más que madurar un amor que empezó impetuoso en la juventud (me casé con tu padre, porque era muy guapo, confiesa la madre al hijo pequeño), pero lo que fue una llamarada, fuerte pero al fin y al cabo que no da calor, se ha convertido en un fuego tranquilo, que parece que no se ve, pero que da calor:  a ellos dos, en primer lugar, pero también al resto de su familia, hijos y nietos

jueves, 17 de abril de 2014

CUANDO UN HOMBRE AMA A UNA MUJER

Año: 1994
País: EEUU
Dirección: Luis Mandoki
Intérpretes: Andy García, Meg Ryan, Phillip Seymour Hoffman, Ellen Burstyn, Tina Majorino, Mae Whitman, Lauren Tom, Eugene Roche
Guión: Ronald Bass, Al Franken
Música: Zbigniew Preisner
Fotografía: Lajos Koltai
 
Michael (Andy García) y su esposa Alice (Meg Ryan) forman un matrimonio que ha luchado por una familia unida junto a sus dos hijos. Sin embargo, el dolor hace su entrada en escena cuando un secreto pasado de Alice comienza a cernirse de nuevo sobre ella: su tendencia al alcohol.
 
¿Es posible amarse para siempre?. Michael lo cree firmemente. No tuvo miedo a tomar una decisión definitiva, para toda la vida, el día que se casó. A pesar de que hoy muchos piensan que eso es imposible y esta mantalidad les lleva a pensar: "Estamos juntos hasta que nos dure el amor".
 
El problema es lo que tantos entienden por "amor". Parece que no es más que un sentimiento, una condición sicofísica. Si esto es así, tienen razón: no se puede construir encima nada sólido. Nada se puede hacer sobre la arena de los sentimientos que van y vienen. Sin embargo, este sentimiento que llamamos "amor" tiene una argamasa: el amor que viene de Dios. Entonces se convierte en una roca y sobre ella sí que se puede levantar un edificio: la relación conyugal. Y esa argamasa durará toda la vida si los cónyuges quieren. Por eso el matrimonio será para siempre.
 
Es un amor que tiene un adjetivo: "incondicional". Es un amor que lo da todo gratis, sin esperar nada a cambio. Que amará con independencia que el hombre o la mujer sean hoy guapos y fuertes y mañana unos ancianitos  que tendrán demencia senil. "A las duras y a las maduras" es el gran lema del matrimonio. Claro que una vez más hay que decir: sin Dios por enmedio esto es muy difícil o incluso se puede volver hasta insoportable. Michael se ha encontrado con el tremendo problema del alcoholismo de su mujer. Problema de muy difícil solución, incluso aunque el que lo padece quiera someterse a tratamiento. Pero Michael se echa ese fardo sobre las espaldas: "a las duras y a las maduras", prometió un día.
 
Pero Michael tembién necesita ser perdonado. No supo escuchar a su mujer antes de que la crisis se revelase en toda su crudeza ni la entendió en pleno proceso de rehabilitación, lo que provoca en ella un fuerte resentimiento. No obstante, también en un momento determinado, ella le perdona. Y así el matrimonio de ambos llega a ser más fuerte, porque están unidos en el sufrimiento.

lunes, 7 de abril de 2014

TO THE WONDER

Año: 2012
País: EEUU
Director: Terrence Malick
Guión: Terrence Malick
Música: Hannan Townshend
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Intérpretes: Ben Affleck, Olga Kurylenko, Rachel McAdams, Javier Bardem, Tatiana Chiline, Charles Baker, Romina Mondello

Historia de un trío: Neil (Ben Affleck), Marina (Olga Kurylenko) y Jane (Rachel McAdams) con el añadido de un sacerdote (Javier Bardem).

Intenta reflejar una relación de pareja (Neil y Marina) desde el inicio hasta el final con la duda, por parte del primero, de elegir entre Marina y una antigua amiga de la infancia (Jane). Pero la película, pese a los rugidos de satisfacción de los admiradores de Malick, no deja de ser un ejercicio de brillantez fílmica, pero ilógica, con escenas ilegibles, fruto probablemente de un guión inexistente. Con el añadido de un sacerdote, con un contenido Javier Bardem, que aparece en la historia como un auténtico postizo. Da la sensación de ser una película pretenciosa, conjunto de postales no bien hilvanadas y poco más.

Malick se quiere mucho a sí mismo (con el apoyo de su productora, ignoro la razón), pero tiene que querer más al espectador para lograr transmitirle algo coherente y legible. 


miércoles, 2 de abril de 2014

¿DONDE VAS, TRISTE DE TI?


Pais: España
Año: 1960
Intérpretes: Vicente Parra, Marga López
Director: Alfonso Balcázar
Guión: Juan Ignacio Luca de Tena

Después de la muerte de la reina Mercedes, la primera esposa de Alfonso XII, se plantea el problema de la sucesión. Anímicamente destrozado, Alfonso debe seguir concentrándose en las tareas de gobierno para asegurar la estabilidad política. Es un rey muy popular y respetado por los españoles, pero la monarquía necesita un heredero y el rey elige a Maria Cristina de Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Austria, como futura reina de España. Esta vez es un matrimonio sin amor, aunque el rey le toma afecto a Maria Cristina. El recuerdo de Mercedes se interpondrá en el matrimonio. Y el ansiado hijo varón nacerá cuando Alfonso XII ya ha muerto.

Alfonso se casa con Maria Cristina sin amor. En ese triplete que forma en el amor conyugal la voluntad, la inteligencia y la afectividad falta ésta última. D. Alfonso ha pensado en cual ha de ser la candidata idónea para ser reina de España, ha elegido-y esto es lo más importante en el amor conyugal- pero falta el sentimiento. Sentimiento, que, por otro lado, también hubiera podido faltar después, con el paso del tiempo y el roce diario, sin que por ello sufra el matrimonio, sostenido por la voluntad.

No se puede fundar el matrimonio sólo en el sentimiento, porque puede faltar. Sin embargo, parece que ésto es lo que predomina hoy en día, por encima de la inteligencia y la voluntad. Sin amor, no puede haber matrimonio, parece ser un axioma. Ciertamente que es muy bueno casarse enamorados, pero a la vez hay que saber que el futuro de la pareja se tendrá que construir sobre bases donde entrarán en juego otras consideraciones: el olvido de sí, la paciencia, el perdón y el saber hablar con el otro cónyuge siempre que sea necesario. Ello hará que aquel enamoramiento, puro sentimiento, se convierta en firme como una roca e incluso aumente con el paso de los años.

Doña Cristina se casa por deber. Pero ella va amar ese deber, le va a dar un sentido trascendente y lo va a cumplir porque entiende que así cumplirá y amará la voluntad de Dios. Va a ser una vida ingrata, porque su marido no la quiere, pero ella terminará queriéndole.