lunes, 12 de octubre de 2015

EL VERANO DE NUESTRAS VIDAS-The Magic of Belle Isle

Año: 2012
País: EEUU
Dirección: Rob Reiner
Intérpretes: Morgan Freeman, Virginia Madsen, Kenan Thompson, Emma Fuhrmann, Madeleine Carroll, Nicolette Pierini, Kevin Pollak, Boyd Holbrook, Fred Willard
Guión: Guy Thomas
Música: Marc Shaiman
Fotografía: Reed Morano

Tras la muerte de su esposa, el escritor Monte Widhorn se ha vuelto un amargado que ha perdido la fe en el mundo y en sí mismo y sólo encuentra consuelo en el alcohol. Su sobrino, preocupado por él, le ha encontrado un lugar para pasar las vacaciones: la casa de veraneo de un músico amigo suyo. La única condición será que cuide del perro. En ese lugar conoce a Charlotte O`Neil, una atractiva divorciada que intenta empezar una nueva vida, y a sus tres hijas: Flora, de seis años, Finnegan, de diez y Willow, de quince.

Morgan Freeman nunca defrauda, cualquiera que sea el registro que toque, en este caso, el de un viejo amargado. Pero conoce a una familia: madre y tres hijas. Y empieza a preocuparse de ellas. Por ensalmo, sus preocupaciones se van olvidando y nota que está saliendo lo mejor de sí mismo. ¡Es que la persona no está hecha para mirarse el ombligo!.

Ahora bien, la película nos plantea el dilema: lo que hay entre Monte y Charlotte, ¿es amor o amistad?. Las bibliotecas están llenas de libros que intentan diferenciar entre amor y amistad entre un hombre y una mujer. Internet está llena de artículos sobre lo mismo. En este caso, aparentemente, todo sugiere que el amor es imposible por las diferencias que hay entre los dos: raza, religión, salud, edad....Sin embargo, Monte empieza a cortejar a Charlotte. Me parece que esta palabra incluso ha desaparecido en el idioma castellano, porque las películas sólo nos muestran los amores impetuosos y de personas jóvenes, que además confunden el amor con el sexo. Aquí, Monte, con delicadeza, de forma original (a través de un cuento que escribe para su hija pequeña), le está diciendo que la quiere. No hay pasión, no hay llamarada, hay un amor que de forma tranquila pero profunda va surgiendo en Monte por Charlotte, siendo perfectamente consciente de las diferencias que hay entre ellos. Es un amor que durará, porque está anclado en bases sólidas. 

Y Charlotte, ¿siente lo mismo por él?. Ella se da perfecta cuenta que él se va enamorando, pero la película no nos dice en ningún momento si ella realmente lo está. Sin embargo, por sus miradas (¡que buena actriz es Virginia Masden!) nos está diciendo al espectador que no le es indiferente. Pero nos quedamos realmente sin saberlo. Sin embargo, la decisión final sobre si la relación sigue o no adelante, recaerá sobre ella. Tendrá que considerar si la edad es un obstáculo, si la invalidez física de Monte es un problema o no. O si Monte será esa figura paterna que sus hijas echan tanto de menos. ¡Lástima que la película no nos diga cual es su decisión!

lunes, 5 de octubre de 2015

LA TEORIA DEL TODO

Año:2014
País: Reino Unido
Dirección: James Marsh
Intérpretes: Eddie Redmayne, Felicity Jones, David Thewlis, Charlie Cox, Maxine Peake, Emily Watson, Simon McBurney, Harry Lloyd, Christian McKay, Adam Godley.
Argumento: Jane Hawking (Libro "Travelling to Infinity: My life with Stephen").
Guión: Anthony McCarten
Música: Jóhann Jóhannsson
Fotografía: Benoît Delhomme

Biopic sobre el físico británico Stephen Hawking, uno de los científicos más reconocidos del siglo XX. Cuando se hallaba haciendo el doctorado en la Universidad de Cambridge, se le diagnosticó la enfermedad de la motoneurona, que causaba la atrofia progresiva del movimiento voluntario de los músculos. La película abarca los años de su matrimonio con Jane, su primera mujer.

Stephen Hawking es digno de admiración, de compasión y de incredulidad. Es digno de admiración por su mente tan brillante. Es digno de compasión por haber sido afectado por una enfermedad tan dura. Y es digno de incredulidad porque es difícil creer que una mente tan potente sea un juguete de los sentimientos. ¿Hay alguna razón para su ruptura con Jane, que le apoyó de manera decisiva?. Simplemente que dejó de quererla, aunque en la película no aparece del todo claro en este aspecto el papel que juega la segunda mujer que le atiende, cuando Jane no puede más. 

¿Cómo es posible que una mente tan poderosa sea un juguete de los sentimientos, que van y vienen, sin poder controlarlos?. Todo aquel que se plantee su vida sobre el mero sentimiento no será más que un esclavo del mismo. Perderá toda su libertad, si, por encima del mismo, no sabe poner el deber.

Stephen Hawking,como tantos, fundamenta su matrimonio en una base tan endeble como los sentimientos. Cuando estos desaparecen, y desparecerán con toda seguridad, esto es, cuando el sentimiento del amor por Jane desaparezca-y de hecho es así-, entonces se encuentra justificado para echarla de su vida. No cuenta para nada ella ni cuentan para nada los tres hijos, aunque diga esa frase tan cursi que "el gran triunfo de su vida fueron sus tres hijos". 

El sentimiento es un pilar del matrimonio. Pero más lo es la razón y la voluntad, la decisión de mantener ese proyecto en común que es la vida conyugal contra viento y marea, con días aburridos, con una convivencia que puede pesar. Pero ahí está la madurez de las personas: el sacar adelante aquello a lo que se comprometieron. Stephen Hawking es una mente de primera categoría, y es también un inmaduro de primera.

Stephen Hawing también tenía la ayuda de Dios para sacar su matrimonio adelante. Pero era agnóstico. Se cierra a lo que realmente le hubiera podido ayudar.