lunes, 7 de noviembre de 2016

DIOS MIO, ¿PERO QUE TE HEMOS HECHO?-Qu´est-ce qu´on a fait au Bon Dieu?

Año: 2014
País: Francia
Dirección: Philippe de Chauveron
Intérpretes: Christian Clavier, Chantal Lauby, Ary Abittan, Medi Sadoun, Frédéric Chau, Noom Diawara, Frédéric Bel, Julia Piaton, Emilie Caen, Elodie Fontan, Pascal N`Zonzi, Salimata Kamate, Tatiana Rojo, Loïc Legendre, Elie Semoun
Guión: Philippe de Chauveron
Música: Marc Chouarain
Fotografía: Vincent Mathias

Claude y Marie Verneuil son un matrimonio muy tradicional, ambos católicos y padre  de  cuatro hijas, a las que han tratado de inculcar sus valores y costumbres. Pero...lo inesperado. Las tres primeras se han casado con  hijos de inmigrantes, que además no son católicos. ¿Se casará la cuarta con un católico y francés, esto es, alguien de Francia de toda la vida?.

El éxito de esta película en Francia recuerda el de "Ocho apellidos vascos" en España. De alguna manera, todo un país se ve involucrado en lo que se cuenta en la película, en sus personajes, tan cercanos, con sus virtudes y sus defectos.

No voy a valorar la película en sí, simplemente subrayar dos aspectos que me han llamado la atención. Por un lado está la Francia tradicional, católica, representada en el notario y su mujer. Por otra parte, esa nueva Francia que surge con las nuevas generaciones de inmigrantes que llegan a ese país. La Francia tradicional y la nueva Francia se unen en la Marsellesa, que probablemente sea una de las mejores escenas de la película.

La película es un canto a la unidad familiar y al cariño entre sus miembros. Son todos muy distintos, pero todos tratan de comprenderse y quererse. Para ello conjugan dos verbos, difíciles de practicar: ceder y perdonarse.

Los padres, que por amor a sus hijas, aceptan a sus yernos, aunque tienen un momento difícil cuando conocen al novio de su hija más pequeña. Las hijas, enormemente preocupadas por sus padres y porque se dan cuenta de lo que sus matrimonios está costando a sus padres, y que sufren lo indecible cuando sus padres manifiestan la intención de divorciarse, superados por la situación.  Incluso la hija más pequeña romperá con su novio porque piensa que su boda es la causante del divorcio de sus padres. Y es bonito ver la unión que hay entre ellas.

Y en cuanto a los yernos, distintos en religión, pero franceses de corazón, por el amor a sus esposas, harán lo que sean para congraciarse con los padres. Son buenas escenas las que nos muestran la Navidad en casa de los Verneuil y los yernos, asistiendo como uno más, a la Misa del Gallo.

Una vez más manifiesto mi admiración por la comedia francesa, con planteamientos tan cercanos a las personas, y tan alejados de la artificiosidad del cine americano.