lunes, 27 de marzo de 2017

45 AÑOS-45 Years

Año : 2015
País: Reino Unido
Dirección: Andrew Haigh
Intérpretes: Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James, Dolly Wells, David Sibley, Richard Cunningham, Sam Alexander, Hannah Chalmers
Argumento: David Constantine (relato)
Guión: Andrew Haigh
Fotografía:Lol Crawley

Solo falta una semana para que Kate y Geoff Mercer celebren el 45 aniversario de su boda. Tienen pensado dar una fiesta y los preparativos van viento en popa. Entonces Geoff recibe una carta comunicándole que ha sido descubierto el cuerpo de su primer amor, congelado e intacto en un glaciar de los Alpes suizos. Cinco días después, cuando llega el día de la fiesta, puede que ya no quede nada que celebrar.

Interesante película que invita a reflexionar sobre el amor, la convivencia matrimonial y la intimidad del corazón humano. Pero con un final que yo creo que no es real y si es así, tal como lo cuenta la película , algo falla en la esposa.

Ambos esposos se quieren profundamente, es un amor lleno de cosas compartidas y de complicidad. En un momento determinado, surge la noticia: ha aparecido el cuerpo del primer amor del marido. Para la mujer se levanta la duda. ¿Le ha querido realmente su marido en esos cuarenta y cinco años de matrimonio?. ¿La seguirá queriendo después?. La película, con su final, nos da a entender que la vida de ese matrimonio puede estar infectado por aquel recuerdo.

No veo las cosas así. Nada nos da a entender que el marido estuviese pensando en aquel amor durante todos los años del matrimonio. Su mujer, que le quiere y conoce profundamente, lo habría advertido...si no es tonta, y esta mujer no lo es. Admitamos que así fuera, que el recuerdo permanecía. Primero, uno no es dueño de sus recuerdos. Ahí están. Pero, ¿influye algo eso en el amor del marido por la mujer?. Obviamente no. Pero ese marido ha sepultado ese recuerdo en lo más profundo. Segundo, en cuarenta y cinco años, hasta los amores más profundos de juventud se desvanecen. El tiempo es el olvido. A lo mejor quedan como una suave fragancia o incluso como una leve nostalgia, pero todo desaparece. Con toda seguridad, Geoff había olvidado aquel amor de juventud, o simplemente quedaba como algo que pudo ser y no fue. Cualquiera persona sensata, y el protagonista lo es, aparta eso de su mente y más cuando tiene una mujer que le quiere tanto.

Es normal el shock de Geoff cuando se entera de que se ha recuperado el cuerpo de aquella primera novia. Y es normal que tarde en reaccionar e incluso que el pasado se le eche encima, lo cual es notado por su mujer. Pero la reacción de el es volver a declarar su amor a Kate. Lo que no es normal es la reacción de ella según nos cuenta la película. ¿De verdad Kate-cualquier esposa- se puede ver tan influida por aquel recuerdo con un marido que le vuelve a declarar su amor?. Es un poco incomprensible y más ante una mujer muerta. Por eso digo que no me convence el final de la película. Claro que a lo mejor uno pudiera pensar que ese matrimonio, en el fondo, no estaba tan unido. En este caso, se puede afirmar, con toda seguridad, que no habría durado tantos años. Pero ha durado. Vuelvo a repetir: ¿de verdad un recuerdo, que el marido quiere apartar aunque de entrada haya sufrido un shock, puede acabar inficionando ese matrimonio?. Si éso fuera así, a la mujer le falta sensatez. Y  entonces tampoco el marido la habría aguantado en todos esos años.


lunes, 20 de marzo de 2017

LA LA LAND. La ciudad de las estrellas

Año: 2016
País: EEUU
Dirección: Damien Chazelle
Intérpretes: Emma Stone, Ryan Gosling, Rosemarie DeWitt, J.K. Simmons, John Legend, Sonoya Mizuno, Callie Hernández, Jessica Rothe, Finn Wittrock, Terry Walters, Tom Everet Scott, Anna Chazelle
Guión: Damien Chazelle
Música: Justin Hurwitz
Fotografía: Linus Sandgren

La película empieza como todo en los Angeles: en la autopista. Aquí es donde Sebastian (Ryan Gosling) conoce a Mia (Emma Stone), gracias a un desdeñoso claxon en medio de un atasco, que refleja a la perfección el estancamiento de sus respectivas vidas. Los dos están centrados en las esperanzas habituales que ofrece la ciudad. Sebastián intenta convencer a la gente en pleno siglo XXI que les guste el jazz tradicional y Mía solo quiere acabar por una vez una prueba de casting sin que la interrumpan con un "gracias por venir".

Sin entrar en los valores de la película-es un film musical que pretende ser como "los de antes" y que está lleno de referencias cinéfilas (Casablanca)-sí añadir que me parece una pena que no le hayan dado el Oscar a la mejor película. Por cierto, que la primera escena de la película es sencillamente espectacular. Se ve además que es un homenaje a otras grandes cintas de la gran pantalla  como "Siete novias para siete hermanos", "West Side Story", y "Las señoritas de Rochefort". Incluso se podría decir que tiene parecido  con la última película de Woody Allen "Cafe Society".  Y por supuesto hay que destacar la gran interpretación de Emma Stone.

La película es una historia de amor. El final recuerda el de "Los paraguas de Cherburgo", aunque sin el impacto agridulce de éste.Es la historia de un amor no comprometido. Se quieren, pero no se han comprometido a quererse, como pasa en el matrimonio. Eso hace que su amor esté en segundo lugar. Por delante están sus sueños profesionales que les terminan pasando factura. No quisieron adquirir el compromiso de que por delante de sus aspiraciones profesionales estaban él o ella, y perdieron la gran oportunidad de su vida: la de tener un proyecto matrimonial ilusionante que les hubiera llenado de verdad (esto se ve en el final, cuando Mia sueña lo que el futuro hubiera podido ser). Sin contar que, con toda seguridad hubieran podido alcanzar también sus sueños.