lunes, 29 de mayo de 2017

PATERSON

Año: 2016
País: EEUU
Dirección: Jim Jarmusch
Intérpretes: Adam Driver, Golshifteh Farahani, Kara Hayward, Sterling Jerins, William Jackson Harper, Barry Shabaka Henley
Guión: Jim Jarmusch
Fotografía:  Frederick Elmes

Paterson es un conductor de autobús en la ciudad de Paterson, Nueva Jersey -ambos comparten nombre. Cada día Paterson sigue una simple rutina:hace su ruta diaria, observando la ciudad a través de su parabrisas y oyendo fragmentos de conversaciones fugaces a su alrededor; escribe poemas en un cuaderno; saca a pasear al perro; va al mismo bar a tomarse esa misma cerveza; y se va a casa con su esposa Laura. Por el contrario el mundo de Laura es siempre cambiante. Cada día le surge un nuevo sueño, un proyecto diferente e inspirador.

Paterson ama a Laura y ella le ama a él. El apoya sus nuevas y variadas ambiciones; ella ensalza su don para la poesía. La película contempla silenciosamente los triunfos y derrotas de sus vidas diarias, recreándose en la poesía que surge en los más pequeños detalles.

Es un amor entre los dos lleno de comprensión, ternura, cariño y aceptación plena del otro, siendo como son tan diferentes. Ella llena de fantasía, El dispuesto a ayudar, por encima de todo, esas fantasías que le ilusionan tanto: sus diseños en blanco y negro, su deseo de aprender a tocar la guitarra para llegar a ser cantante country, aunque tenga que comprarla con un curso que para su economía se acerca un poco al lujo. Ella es la primera admiradora de sus poemas. Siempre insiste para que los publique. Y, como contrapunto gracioso, el perro de ambos, siempre celoso de su amo.

La pareja protagonista se hace querer  desde el comienzo y su periplo vital está lleno de deliberadas repeticiones que nos adentran en un microcosmos cálido y envolvente, persuasivo y seductor que embauca y despierta la complicidad inmediata e incondicional del espectador.

Paterson es un canto a la vida y a la poesía.No la poesía académica, sino a la lírica, la belleza, la poesía que se encierra en las cosas cotidianas, aquella que solo quienes tienen alma de poeta pueden percibir. A la pureza de las cosas. Más que eso: a mirar las cosas con pureza. Con la actitud poética adecuada, tu mujer puede ser una princesa, un rutinario viaje en autobús puede convertirse en una maravillosa aventura, los versos torpes de una niña pueden ser un primoroso poema. Lo que para unos puede ser feo, aburrido o lánguido, alguien como Paterson lo encuentra interesante, armónico, bello,con la belleza de la sencillez y la ilusión de la ingenuidad.

La repetida rutina diaria de Paterson no es un problema para él. Despertar cada día al lado de su amada es una bendición, no un problema. Conducir cada día el autobús no es un problema sino una oportunidad de escuchar nuevas e interesantes conversaciones. Volver a casa o ir cada noche al bar son siempre situaciones abiertas a la sorpresa. Y por si ésto  fuera poco, Paterson no sólo disfruta de su coreografiada vida, sino que tiene algo más, algo muy importante, su libreta, donde  su mundo cuadriculado desaparece y donde puede escribir maravillosas poemas de amor en honor de su mujer Laura.


lunes, 1 de mayo de 2017

MI CASA EN PARIS-My Old Lady

Año: 2014
Países: EEUU, Francia
Dirección: Israel Horovitz
Intérpretes: Kevin Kline, Kristin Scott Thomas, Maggie Smith, Dominique Pinon, Noémie Lvovsky, Stéphane de Groodt, Stéphane Freiss, Jean-Christophe Allais.
Argumento: Israel Horovitz (obra de teatro)
Guión: Israel Horovitz
Música: Mark Orton
Fotografía: Michel Amathieu.

Mathías, un neoyorkino que necesita dinero, se traslada a Paris para hacerse cargo del piso que ha heredado de su padre, con el que no se hablaba. Se queda boquiabierto al descubrir que una señora mayor (Mathilde) vive allí con su hija. No tarda en enterarse de que, según la ley francesa, no podrá hecerse con el piso hasta que Mathilde fallezca.

La película es una historia sobre las consecuencias traumáticas de la infidelidad matrimonial en la vida de los hijos. Toda la vida del protagonista ha sido un desastre, una huida, debido a la falta de cariño paterno, a un hogar donde no reinaba la alegría. Su descubrimiento también marcará a Chloé, la hija de Mathilde.

Estas ideas no son nuevas, pero aquí quedan totalmente apuntaladas golpeando con dureza a un determinado sector de la sociedad, a su irresponsable ligereza afectiva, de insufrible frivolidad en las relaciones amorosas, donde el deseo egoísta se erige a menudo en norma de vida, primer paso hacia el destrozo de corazones inocentes. Y si algo deja claro esta película es que la infancia rota pasa factura, siempre se sigue siendo el niño o la niña que se fue, nunca se olvida.

Es duro ver cómo el puro deseo sexual del padre del protagonista, que da lugar a un vulgar adulterio, sin embargo rompe totalmente al protagonista. Y de paso, a su madre, que se suicida ante la traición del marido. ¡Y es que el llamado derecho a la felicidad, justificación de tantas infidelidades, tiene un reverso: la infelicidad del otro cónyuge y de los hijos!.