lunes, 25 de diciembre de 2017

JOY-Joy

Año: 2015
País: EEUU
Dirección: Davis O. Russell
Intérpretes: Jennifer Lawrence, Bradley Cooper, Robert de Niro, Elisabeth Röhm, Edgar Ramírez, Isabella Crovetti-Cramp, Diane Ladd, Virginia Madsen, Isabella Rossellini, Dascha Polanco
Guión: David O. Russell, Annie Mumolo
Música: David Campbell, West Dylan Thordson
Fotografía: Linus Sandgren

La película nos cuenta la historia de una muchacha que consigue fundar una dinastía de negocios y se convierte en la matriarca familiar por derecho propio.

La película describe a una familia italoamericana verdaderamente disfuncional: Joy, el ex-marido venezolano Tony, cantante frustrado, vive en el sótano; con ellos vive también la abuela y la madre, ésta en la cama todo el día y pegada a la televisión donde está viendo todo el tiempo culebrones; y viene a vivirse el padre, Rudy, separado de la madre, que compartirá temporalmente el sótano con Tony.

Joy es el alma de esta familia tan disfuncional. Ha trabajado de todo para sacarla a flote. Jamás se le ocurrió dejarla, y ganas no le faltaron. Hubiera podido ir a una universidad de Boston, pero no fue para quedarse en la casa y poder cuidar de su madre, divorciada de su esposo y padre. Pero, a la vez, ayuda en el negocio de su padre. No se lleva bien con su hermanastra, pero le ayudará a sacar sus negocios más adelante.

La familia es lo primero y no se elige a la familia. Para Joy, que tiene todos los motivos del mundo para dejarla, sin embargo renuncia a sus sueños universitarios para atender a su madre y a su padre divorciado. Pero, es que, cuando triunfa en el mundo de los negocios, tampoco la deja, incluso  cuando se meten en aventuras empresariales ruinosas. Por otro lado, uno no elige a la familia, aunque sea tan disfuncional como ésta. Y no por ello se deja de quererla y de darlo todo por ella.

También hay que señalar que la intervención de la familia va a ser decisiva en llevar a cabo su sueño empresarial. Primero, prestándole dinero, considerándolo prácticamente dinero perdido, porque no confían mucho en el éxito empresarial : su nueva fregona. Segundo, dándole el empujón decisivo cuando en la teletienda tiene que presentar su producto y se queda paralizada de miedo por verse ante las cámaras. Será una oportuna llamada de su casa, en ese momento, preguntándole características de la fregona, la que le hará reaccionar y empezar a hablar de las excelencias de la misma, demostrando, por otra parte, que es una excelente  vendedora.

Es una película irregular, con una protagonista verdaderamente excelente (Jennifer Lawrence), que no nos cuenta cuentos de hadas: la realidad cotidiana es la que es, la familia es la que a uno le toca y, por tanto, es la que tiene que querer. Y no hay más.

También me gustaría señalar que da la impresión que para David O. Russell la familia es lo más importante puesto que en sus últimos trabajos la fuente de los problemas surgían de ella. Ya en "The Fighter" retrató un núcleo familiar difícil desde la óptica del drama social. Incluso en "La gran estafa americana" se puede observar un tipo de familia artificial que trabaja para triunfar en su querida patria. "Joy" se aproxima mucho más al modelo que ya hizo en "El lado bueno de las cosas". Robert de Niro (¡que pena este hombre!) repite el mismo papel obsesionado por diversos motivos. Bradley Cooper y Jennifer Lawrence se cambian el papel de hijo que quiere dar un vuelco a su vida para que tenga sentido.Uno lo encontró en el baile y la otra en la teletienda.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Z, LA CIUDAD PERDIDA-The Lost City of Z

Año: 2017
País: EEUU
Dirección: James Gray
Intérpretes: Charlie Hunnam, Robert Pattison, Tom Holland (II), Sienna Miller, Angus Macfayden, Edward Ashley (II), Ian McDiarmid, Harry Melling, Nicholas Agnew, Franco Nero, Aleksandar Jovanovic, Daniel Huttlestone, Bobby Smalldridge, Raquel Arraes.
Argumento: David Grann (libro "The Lost City of Z: a Tale of  Deadly Obsession in the Amazon")
Guión: James Gray
Música: Christopher Spelman
Fotografía: Darius Khondji

Tras participar en una expedición topográfica de la Royal Society a Bolivia, el militar Percy Fawcett (Charlie Hunnam) queda fascinado por la jungla y accede a participar en una expedición más remota, a pesar de alejarle de su mujer, Nina (Sienna Miller), y sus hijos durante varios años. En la selva amazónica, Percy descubre vestigios de antiguas civilizaciones perdidas, y vuelve a Inglaterra convencido de la existencia de una metrópolis hundida, la misteriosa ciudad de Z. Aunque sus argumentos son ridiculizados por la comunidad científica, Fawcett se embarca en un último viaje a la selva brasileña junto con su hijo Jack (Tom Holland) para demostrar sus teorías.

La película trata no solo trata de narrar una historia de aventuras y de exploración, sino también las motivaciones que impulsan al protagonista a emprender tareas semejantes y hacer de ellas su máximo objetivo vital. 

Siendo ésto así, llega un momento en que surge inevitablemente la pregunta: ¿este deseo de encontrar el Dorado por parte del militar inglés va ya más allá de la gloria para convertirse sencillamente en una obsesión malsana?. Deja su mujer, deja a sus hijos para intentar descubrir una quimera que se antoja inalcanzable. ¿Vale la pena la búsqueda de la ciudad de oro y abandonar a la mujer y a los hijos?. E incluso, contagia su obsesión a su hijo mayor, que desaparecerá con él al final, frente a una esposa y madre resignada ante lo inevitable. ¿Donde está el punto de equilibrio entre el legítimo deseo de gloria y el abandono de un hogar familiar?. En la película más bien se nos presenta a un personaje que al final, por encima de todo, tiene una obsesión. Y a ello sacrifica todo. Para colmo, se nos insinúa al final de la misma, que padre e hijo no están realmente muertos, sino que viven en la ciudad buscada, abandonando definitivamente a la mujer y a dos hijos más. 

¿Es el protagonista un indeseable,por dejar a la familia de lado? .¿Es ella una mujer que de buena parece tonta por no impedir las locas aventuras de su marido y, lo que es peor, por dejar que el hijo mayor se fuera con el padre?. 

Sorprende también, desde nuestro punto de vista actual, la visión que tiene de la mujer el protagonista. Ante su petición de llevarla consigo en alguno de sus viajes, le contesta que una mujer no es suficientemente resistente al dolor (la respuesta de ella es inmediata: ¡nunca has sufrido un dolor de parto!) y además, constituye "un pilar de la civilización" el que la mujer sea la que se encarga de cuidar a los niños y el hogar y para el hombre es la aventura.

lunes, 4 de diciembre de 2017

MIS HIJOS-Dancing Arabs

Año: 2014
País: Israel
Dirección: Eran Riklis
Intérpretes: Tawfeek Barhom, Ali Suliman, Yael Abecassis, Marlene Bajali, Laëtitia Eido, Norman Issa, Daniel Kitsis, Michael Moshonov
Guión:Sayed Kashua
Música: Jonathan Riklis
Fotografía: Michael Wiesweg

Eyad que creció en una pequeña ciudad árabe de Israel, ha conseguido entrar en un prestigioso internado judío en Jerusalén. Es el primer árabe que estudia allí por lo que intenta desesperadamente encajar con sus compañeros y con la nueva sociedad. Pero cuando se descubre que tiene una relación con Naomí, una chica judía, se verá obligado a abandonar la escuela. En ese momento Eyad se da cuenta que tendrá que sacrificar su auténtica identidad para ser aceptado. 

Esta es la historia de un intercambio de identidades. Eyad cuidará un judío de su edad, Jonatán, tetrapléjico. Cuando muera, con la complicidad de la madre de Jonatán, ocupará su lugar, mientras que Jonatán será enterrado como Eyad.

La crítica habla de una historia creíble donde el amor, la amistad y la entrega están por encima del origen o de lo  que digan los papeles. A mí, por el contrario, me parece una historia absurda, nada creíble. ¿La familia musulmana de Eyad no tiene nada que decir?. ¿La Administración israelí se traga el cambio de identidad así como así?. ¿Y los parientes, amigos, vecinos de la familia de Jonatán?. Cualquier película puede tener el argumento que quiera, pero al menos que sea creíble en su desarrollo.

De entrada, no puede uno de dejar de comprender a Eyad . Su novia judía le deja, porque al trabajar en la Inteligencia judía, no puede tener ningún novio árabe, su condición de árabe le condiciona en sus aspiraciones vitales, también las profesionales. Pero, claro, esto supone abandonar su familia, abandonar sus padres, abandonar su raza, abandonar su gente. ¿Es posible ésto?. Sí que es posible, como se ve en la película. Pero, ¿compensa a la larga?. No me atrevo a juzgarlo porque de ser un paria en el Estado de Israel, gracias al cambio de identidades, será un ciudadano de pleno derecho de ese mismo Estado, con todas las posibilidades. Pero a costa de dejar en el camino lo más íntimo de su ser, empezando por sus padres. ¿Vale la pena?.

En cualquier caso, como digo, es final es inverosímil. ¡Lástima, porque todo lo anterior, especialmente lo que se refiere al cuidado de Eyad a Jonatán, tiene interés!.