lunes, 18 de noviembre de 2019

TULLY-Tully

Año: 2018
País: EEUU
Dirección: Jason Reitman
Intérpretes: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Ron Livingston, Mark Duplass, Elaine Tan, Lia Frankland, Asher Miles Fallica, Gameela Wright, Tattiawna Jones, Emily Haine.
Guión: Diablo Cody
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Eric Steelberg

Marlo  (Charlize Theron), madre de tres hijos, el último un recién nacido, recibe un inesperado regalo de parte de su hermano (Mark Duplass) : una niñera para las noches. Al principio le parece una extravagancia, pero Marlo acaba teniendo una relación única con Tully (Mackenzie Davis), una joven niñera amable, sorprendente y, en ocasiones, difícil.

La película plantea de forma original ideas de calado, acerca de la importancia de buscar la cohesión del hogar, con la conciliación de familia y trabajo, donde ambos protagonistas han de buscar la complicidad y el equilibrio, para que ninguno de ellos -y sobre todo la mujer, a la que toca siempre llevar más peso- se rompa.

Parece que la película presenta la maternidad como un drama, algo malo que es casi insuperable. Y  no aparece bien parado el marido, un buen hombre, pero sólo preocupado por sus cosas y sus video juegos (¡qué inmadurez!) y que no presta suficiente atención a su mujer y a sus hijos, lo que lleva a la mujer a una situación de auténtico agotamiento. Sólo al final, al darse cuenta de la situación anímica de Marlo, el marido empieza a ocuparse de verdad de las cosas de la casa, de su mujer (escena final de la cocina haciendo la comida juntos y escuchando la misma música) y de sus hijos.

No obstante, incluso en esta situación de agotamiento y de  cansancio (llama la atención que no hay críticas al marido), Marlo no deja de quererle, de estar preocupada por él, así como de estar muy pendiente de sus hijos, uno de ellos autista. En el fondo, ella se da también cuenta que esa tremenda rutina que tanto le cansa-y que le terminará afectando síquicamente- es la mejor seguridad para los suyos. Sin embargo, es evidente que ella también tendrá que aprender a descansar, porque no se  puede estar continuamente en un estado de tensión nerviosa y que le terminará pasando factura.


En el fondo la película también muestra el dilema de Marlo. La maternidad implica para ella que la vida se transforme en un encadenamiento de obligaciones. ¿Y esto es vivir?, se pregunta una cansada Marlo sobre todo cuando piensa en la joven libre de preocupaciones que fué. Sin embargo, ella eligió a su marido, eligió formar una familia y ello ha supuesto comprometerse, cambiar su perspectiva vital. Ya no es la joven libre de preocupaciones, sino una mujer que tiene unos compromisos. Se ve que ello no termina de aceptarlo y esto le provoca las angustias y el cansancio que la película refleja perfectamente. En definitiva, la nostalgia de lo perdido nos conduce a la melancolía. En cambio, asumir el presente es aceptar la vida que estamos viviendo.

Aparentemente la aparición de Tully es mágica, en cuanto es una especie de ángel que aparece en el hogar de los protagonistas para remediar el estrés casi insoportable de Marlo. Ella es como lo opuesto de Marlo, como un reflejo de lo que ella fue. ¡Lástima la escena en que Marlo invita a Tully a ponerse en su lugar para satisfacer las fantasías del marido! 

lunes, 4 de noviembre de 2019

DOCE EN CASA-Cheaper by the dozen

Año: 2003
País: EEUU
Dirección: Shawn Levy
Intérpretes: Steve Martin, Bonnie Hunt, Piper Perabo, Tom Welling, Hilary Duff, Kevin Schmidt, Alyson Stoner, Brent Kinsman, Shane Kinsman, Richard Jenkins.
Argumento: Frank B. Gilbreth Jr. (novela "Cheaper by the dozen"), Ernestine Gilbreth Carey (Novela "Cheaper by the Dozen").
Guión: Sam Harper, Joel Cohen, Alec Sokolow, Craig Titley.
Música: Christophe Beck

La película trata sobre las andanzas de la familia Baker (padre, madre y doce hijos). El padre es entrenador de fútbol americano y ella escritora. Y todos sus hijos estudian, sin ir todavía a la universidad.

Es una comedia familiar que se ve con risas y, en algún momento, con emoción. El mejor resumen de la película lo da el propio director: "La idea de hacer una carta de amor a la locura de las familias numerosas me atraía sobremanera". Porque efectivamente hay que estar "loco" para formar una familia tan numerosa. Pero a los padres eso no parece importarles. Se dan por entero a sus hijos. Para ellos es lo único que vale la pena, tanto que los dos renunciarán a prometedoras carreras profesionales para educar mejor a sus hijos. No les importará y son conscientes que su familia es lo mejor que pueden tener en el mundo. 

Los hijos también parecen estar contentos de ser tantos. Se pegan, se gritan, pero cada uno de ellos moriría por los demás. Tan es así que la mayor, que se había ido a vivir con su novio, rompe con él al ver que no siente por su familia el mismo amor que ella siente. Contrasta esta familia con los vecinos de al lado, con un hijo. La esposa, ante la pregunta del hijo de porqué no tiene más hermanos, contesta que los Baker son unos "monstruos" y que es mejor tener un perfecto hijo, como ellos tienen. Sin embargo, al "perfecto" hijo se le nota la envidia que tiene de los vecinos al lado. Esos "monstruos" discuten, se quitan el cuarto de baño unos a otros, pero se le pasan muy bien y cuidan unos de otros. Y  cada uno de los Baker tiene su propia personalidad, su carácter.

En esta familia, como siempre, la madre ocupa un lugar muy especial. Todos aman a su "entrenador" y todos acuden a la madre cuando hay un problema. Una mujer que quiere profundamente a su marido y que está convencida de que juntos pueden comerse el mundo. Un amor que doce hijos  no ha hecho más que aumentar.

No tiene un gran guión, ni grandes actuaciones, ni sorpresa alguna. Sin embargo, es agradable de ver, divertida y deja una buena enseñanza en cuanto a los valores familiares.