lunes, 21 de julio de 2014

TAL COMO ERAMOS

Año: 1973
País: EEUU
Dirección: Sydney Pollack
Intérpretes: Barbra Streisand, Robert Redford, Bradford Dillman, Lois Chiles, Patrick O`Neal, James Woods, Viveca Lindfors, Allyn Ann Mc Lerie, Murray Hamilton
Guión: Arthur Laurents
Fotografía: Harry Stradling Jr
 
Robert Redford interpreta a un joven cuya pasión es escribir, mujeriego, amante de la buena vida. Está enamorado de una muchacha interpretada por Barbra Streisand, totalmente opuesto a él: una perdedora (como afirma en varias ocasiones), activista política, que, a su vez, le quiere con locura. Ambos se casan -es obvio que están hechos el uno para el otro- pero con el paso del tiempo, no logran superar las desaveniencias de carácter, posición e incluso de educación, y ambos se divorcian.
 
Sin ser la mejor película de amor en la historia del cine (sí que tiene, en cambio, una de las mejores canciones que se han podido escuchar en la pantalla) sí que refleja la realidad de dos personas profundamente enamoradas, profundamente diferentes pero que no saben superar sus diferencia con el paso del tiempo. Pero, ¡claro!, el matrimonio les había hecho "una sola carne" y  cuando se separan, es como si les partieran a cada uno de ellos por la mitad. De hecho, cuando al final de la película se vuelven a encontrar, cada uno con su nueva pareja, se trasluce con toda claridad que cada uno sigue enamorado del otro. Incluso pasa lo que Maggie O'Farrell, en "Instrucciones para una ola de calor" hace decir a una de las protagonistas que se había casado por segunda vez: "Cuando pienso en mi marido, pienso en Joe (su primer marido)".
 
Y es que el matrimonio (el matrimonio que se contrae en serio) es mucho más que un contrato: sin perder cada uno su personalidad, su forma de ser, se convierten en uno. Son dos pero ya no son dos. Y la muerte o el divorcio es como si les partieran por la mitad. Y un segundo matrimonio-en el caso del divorcio-no va a sustituir al primero.
 
¿Hay incompatibilidad de caracteres?. ¡Naturalmente!. ¿En que convivencia no las hay?. Es verdad que ciertos puntos de referencias básicos tienen que existir en el matrimonio, pero en cualquier matrimonio hay dos personas distintas. Además, uno es de Marte y la otra de Venus. Pero no por ello se separan. Aprenden a convivir con sus caracteres, a amar incluso sus defectos, y a charlar las horas que hagan falta. ¡Lástima que esta pareja no haya actuado así!. Se han cansado de luchar por su matrimonio y, al final, no encuentran la felicidad con sus segundas parejas.
 
¡Cómo en estos casos está justificada la indisolubilidad del matrimonio! Si los dos personajes que interpretan Robert Redford y Barbra Streisand hubieran tenido cerrado la vuelta atrás, hubieran luchado mucho más por salvar su relación. Y hoy nos encontraríamos con una película con otro final.

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