lunes, 30 de junio de 2014

¿QUE HACEMOS CON MAISIE?

Año: 2013
País: EEUU
Dirección: Scott McGehee, David Siegel
Intérpretes: Julianne Moore, Steve Coogan, Alexander Skarsgaºrd, Joanna Vanderham, Onata Aprile, Sadie Rae
Argumento: Henry James (novela corta <<Lo que Maisie sabía>>)
Guión: Nancy Doyne, Carroll Cartwright
Música: Nick Urata
Fotografía: Giles Nuttgens

Maisie (Onata Aprile) es una niña de seis años que se encuentra en medio de la lucha por su custodia entre su madre Susanna (Julianne Moore), una madura estrella del rock, y su padre Beale  (Steve Coogan), un importante marchante de arte. En la pugna por conseguir el favor del juez, Beale se casa con Margo (Joanna Vanderham), la niñera de Maisie, lo que empuja a Susanne a casarse con su amigo Lincoln. Con Susanne y Beale inmersos en una batalla que no beneficia a nadie, Maisie se encariñará de las nuevas parejas de sus padres.

Recoge muy bien la película la novela de Henry James, con sus observaciones sobre el daño sufrido por los hijos cuando sus padres se divorcian, más si se convierten en instrumento para tratar de herirse mutuamente.

Es Maisie una niña atrapada en medio de una amarga disputa, en medio del tremendo egoísmo de sus padres, que dicen quererla (y seguramente es así), pero que en ningún momento antes o después de la ruptura van a poner por delante el interés de Maisie. No están dispuestos a luchar por conservar su matrimonio por Maisie, pero después del divorcio literalmente la dejan abandonada, es un mueble que no saben que hacer con él. No supieron pensar en la niña mientras el matrimonio existía, tampoco saben pensar en ella cuando se separan.

Pero es que además, Maisie es usada por cada uno de ellos para herir al otro, sabiendo que la niña les quiere a los dos sinceramente, con ternura, incapaz de comprender que es lo que está pasando. Película dura donde los hijos-los más débiles-sufren el egoísmo de sus padres que se divorcian

lunes, 23 de junio de 2014

CRUELDAD INTOLERABLE



 

Año: 2003

País: EEUU

Dirección: Joel Coen

Intérpretes: George Clooney, Catherine Zeta-Jones, Geoffrey Rush, Edgard Herrmann, Paul Adelstein, Richard Jenkins, Billy Bob Thornton

Guión: Robert Ramsey, Matthew Stone, Ethan Coen, Joel Coen

Música: Carter Burwell

Fotografia: Roger Deakins

 

Miles Massey (George Clloney) es un abogado especializado en divorcios, inventor de una cláusula matrimonial infalible, pensada para solteros de oro que no desean ser esquilmados por potenciales pretendientes depredadores. A él acude un marido pillado “in fraganti” con otra mujer, cuya esposa, Marilyn Rexroth (Catherine Zeta-Lones) solicita el divorcio. El descubrimiento de que Marilyn se casó por dinero facilita a Massey la defensa de su cliente; pero lo que no podía contar es con enamorarse de esa mujer, que volverá a cruzarse en su vida.

 

Los acuerdos prematrimoniales –lo que va a suceder con un matrimonio que se divorcia, sobre todo en lo referente a los bienes- constituyen uno de los protagonistas de la película. Es cierto que este acuerdo es práctico, pero implica que, de alguna manera, la pareja ya cuenta con el divorcio. Parece contradictorio una pareja enamorada –que desean que su amor sea eterno- y el acuerdo prematrimonial. De hecho, en la película, los dos protagonistas, al enamorarse, renuncian al acuerdo prematrimonial.Y es que el amor, de por sí, lleva al compromiso para siempre. Si no es así, no es amor.

 

 

lunes, 16 de junio de 2014

INTIMO Y PERSONAL

Año: 1996
País: EEUU
Dirección: Robert Redford, Michelle Pfeiffer, Stockard Channing, Joe Mantegna, Kate Nelligan, Glenn Plummer, James Rebhorn, Miguel Sandoval, Scott Bryce
Argumento: Alanna Nash (inspirado en el libro <<Golden Girl: The Story of Jessica Savitch>>)
Guión: Joan Didion, John Gregory Dunne
Música: Thomas Newman
Fotografía: Karl Walter Lindenlaub

Robert Redford y Michelle Pfeiffer protagonizaron en 1996 esta película, mezcla de historia de amor y estudio de la agitada vida de la profesión periodística. No cabe duda que entre ambos hubo química y el espectador es testigo de un gran  duelo interpretativo. Además, fue inolvidable la canción <<Because you love me>>.

Pero yo no me quería detener en la vida periodística de ambos, sino en su historia de amor, no en vano los críticos dicen que es una de las películas de amor más recordadas. Así, una mañana, Tally (Michell Pfeiffer) le dice a Warren, el personaje que interpreta Robert Redford: <<Cásate conmigo. Te quiero junto a mí por las mañanas. Quiero saber que estás obligado legalmente a estar allí>>.

Cualquiera puede decir: <<¿A que viene ésto?. ¿No están viviendo ya juntos?. ¿Para qué casarse?>>. Pero es que Tally tiene claro que no es lo mismo convivir que comprometerse. No es lo mismo despertarse por la mañana y encontrarse con que Warren ha desaparecido y seguramente se ha ido a la francesa ( o con una francesa) que saber que por las mañanas se lo va a encontrar, un poco legañoso y somnoliento, quizás, porque tiene la obligación de estar a su lado. Warren, por el matrimonio, se compromete a estar allí y, si es honrado, allí estará.

¿Es ésto poco romántico?. Pues la verdad es que sí. Pero qué seguridad da a ambos cónyuges el compromiso. Y no digamos nada si ese compromiso es para siempre. Saber que por ese <<para siempre>> ambos cónyuges lucharán con todas sus fuerzas ( y si son católicos, con las fuerzas de Dios) para sacar adelante su matrimonio.

<<Comieron perdices y vivieron felices>> era el final de muchas historias. Lo de las perdices no se de donde viene, pero la segunda parte de la frase sí que es verdad, cuando se tiene claro que ello es fruto de una lucha diaria de cada cónyuge para superar la monotonía de los días, la rutina, la hipoteca, la barriga de él y las arrugas de ella, los hijos adolescentes que les miran perdonándoles la vida y, cuando son ancianitos, el alzheimer de cualquiera de ellos. Todo ésto es consecuencia de un sí que se dieron muchos años atrás.

¿Es ésto un ideal?. Ni por casualidad. Basta ver la cantidad de matrimonios que ven en su compromiso de amor lo más serio de su vida. Si tantos lo viven, ¿por qué no los demás?. Porque vemos que hay muchos divorcios, muchas parejas que se rompen. Es verdad, pero también lo primero es cierto. Luego no es un ideal. Un ideal es aquello que debería ser, pero no es. Un algo inalcanzable. Y ésto no sucede en tantos matrimonios que ven en su compromiso, obligaciones, ciertamente, pero obligaciones que garantizan su amor, su estabilidad y su seguridad.

No es éste el sitio para hablar de los motivos por los que muchos matrimonios se rompen. Pero siempre me ha parecido que muchos de los que se casan son Peter Pan, personas que no han crecido, que no han madurado. No saben asumir el compromiso que supone el matrimonio y son tan niños que piensan que la vida de casados es un camino de rosas, desconociendo que se pueden encontrar con que la costumbre de su cónyuge de no poner el tapón a la pasta dentrífica les puede sacar de quicio. Pero los cónyuges maduros no pedirán el divorcio (de hecho, ya ha sucedido) porque se comprometieron a aceptar a su mujer o a su marido como eran en el momento del matrimonio y como lo serán en la ancianidad.

 


martes, 3 de junio de 2014

DESCALZOS POR EL PARQUE

 

 
Año de producción: 1967
País: EEUU
Dirección: Gene Saks
 
Intérpretes: Robert Redford, Jane Fonda, Charles Boyer, Mildred Natwick, Herb Edelman, Mabel Albertson, Fritz Feld, James Stone
 
Argumento: Neil Simon (obra de teatro)
 
Guión: Neil Simon
 
Fotografía: Joseph LaShelle
 
Robert Redford  y Jane Fonda interpretan a una pareja de recién casados. Han alquilado un pequeño apartamento en un 5º piso, sin escaleras, destartalado y sin calefacción. El es un abogado muy ocupado, serio y estirado. Ella una muchacha cariñosa, vitalista, llena de ocurrencias y con alegría de vivir. Pronto conocerán a su vecino de arriba, interpretado por Charles Boyer, que puede acceder a su apartamento a través de una claraboya. La llegada de la madre de Fonda no conseguirá sino complicar sus primeros días de casados.
 
 
 
La luna de miel ha acabado y viene la convivencia diaria en un apartamento sin condiciones y con unos caracteres muy distintos. Tanto que los choques llegan en  seguida e incluso ella plantea el divorcio. Claro que si una pareja se tuviera que divorciar por lo que eufemísticamente se denomina “incompatibilidad de caracteres”, no duraría un solo matrimonio.
 
Los dos son muy distintos. Eso les atrajo y eso les produce sus preocupaciones iniciales de su vida de casados. Pero tendrán que amoldarse uno al otro, ceder en lo que haya que ceder, charlar lo que haya que charlar (¿quien dijo que el matrimonio es una larga conversación inacabable?) y reírse juntos y uno del otro. Aunque en ese matrimonio, se ve que será Jane Fonda la que se ría de su estirado marido –se ve en la película como quiere dejar de serlo, por amor a su mujer- y el marido se reirá muchísimas veces de las ocurrencias de su mujer. Es un matrimonio muy diferente, pero no se aburrirán.