lunes, 27 de agosto de 2018

MARAVILLOSA FAMILIA DE TOKIO- Kazoku wa Tsuraiyo

Año: 2016
País: Japón
Dirección: Yoji Yamada
Intérpretes: Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Masahiko Nishimura, Yui Natsukawa, Tomoko Nakajima, Satoshi Tsumabuki.
Guión: Yoji Yamada, Emiko Hiramatsu
Música: Joe Hisaishi
Fotografía: Shinji Chikamori

Tomiko y Shuzo llevan  casados más de 50 años. En el cumpleaños de Tomiko, su marido le pregunta qué es lo que quiere como regalo. Ella responde: "El divorcio". Sus hijos entran en estado de pánico al saber que su madre se quiere separar.

Espléndida comedia que, en clave de humor suave, y con algunas escenas que arrancan sonoras carcajadas, se nos habla de la dificultad de las relaciones conyugales y en pareja. Y no es un matrimonio joven.

Con gran sabiduría, se nos cuenta  como, con el paso del tiempo, un amor joven e ilusionado se puede convertir en un no soportarse. Algunas costumbres que incluso podían hacer gracia recién casados, con el transcurso de los años, y pasada la novedad del primer momento, se pueden hacer insoportables, como sucede con la protagonista respecto a hábitos de su marido. Pero también hay que decir las cosas y el marido tiene que decir a su mujer que la quiere. No basta con pensar que ella ya lo sabe. Hay que decirlo y eso, a la postre, salvará este matrimonio. Suponemos también que el marido modificará alguno de estos hábitos que tanto molestan a su mujer.

El posible divorcio de sus padres hace sufrir a sus hijos, todos ya mayores, pero que no pueden soportar esa separación. Quieren a su padre, quieren a su madre, pero los quieren unidos, no por separado. Y todos ellos-y ésto llama la atención-tienen una reunión familiar con sus padres para intentar disuadirles. Porque son plenamente conscientes que ese divorcio no es sólo una cuestión de los padres: es también cuestión de los hijos, aunque luego los padres sean los que tomen la última decisión. En este caso, cuando el marido le dice a su mujer que el haberla elegido como su esposa es la mejor decisión que ha tomado en su vida, ella rompe los papeles del divorcio porque quería oír  precisamente esas palabras. 

lunes, 13 de agosto de 2018

LA CASA JUNTO AL MAR-La Villa

Año: 2017
País: Francia
Dirección: Robert Guédiguian
Intérpretes: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Jacques Boudet, Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin, Yann Trégouët, Geneviève Mnich, Fred Ulysse, Diouc Koma, Esther Seignon.
Guión: Robert Guédiguian
Fotografía: Pierre Milon

En una pequeña cala cerca de Marsella, en pleno invierno, Angèle, Joseph y Armand vuelven a la casa de su anciano padre, que acaba de sufrir un ictus. Angèle es actriz y vive en París, y Joseph acaba de enamorarse de una chica mucho más joven. Armand es el único que se quedó en Marsella para llevar el pequeño restaurante del padre. La llegada de una patera añadirá un nuevo elemento dramático en las relaciones entre los tres.

Soy un admirador del cine de Robert Guédiguian, pero me he quedado con la sensación de que ha hecho una película a medias, no plenamente redonda. Quizás porque ha querido introducir dos historias muy potentes: el drama familiar y la inmigración, cada una de las cuales daría lugar a una película. Por otro lado, da la impresión de cansancio, de rendirse ante un mundo que no es, probablemente, el que él esperaba en su juventud. Sin contar que es incapaz de transmitir esperanza, dada su ausencia de ninguna creencia.

No obstante, hay algunas cosas interesantes, que son las que quiero resaltar. Los tres hermanos, de alguna manera, ya están de vuelta de todo. La vida no les ha tratado como se esperaban y han perdido toda ilusión y toda esperanza. Sin embargo, con ocasión de la enfermedad de su padre, vuelven a reunirse. Y ahí se dan cuenta de lo mucho, que en el fondo, se han echado de menos. Hay una gran nostalgia de una niñez y de una adolescencia que se ha perdido, pero que desean desesperadamente recuperar. Pero, desgraciadamente, aquella niñez y aquella adolescencia quedó atrás y ya no volverá. Pero quieren volver a estar juntos.

Pero puede haber un motivo de esperanza: los tres niños que han llegado en patera. Los tres deciden cuidarlos,aunque el Estado tendrá que decir algo al respecto. Ello les va permitir salir de sí mismos, de una asfixiante vuelta sobre sus cosas, para dedicarse a los tres hermanos. Aquí el horizonte se les puede abrir y encontrar un nuevo motivo de ilusión para vivir.