lunes, 13 de febrero de 2017

BLOOD FATHER

Año: 2015
Países: EEUU, Francia
Dirección: Jean-François Richet
Intérpretes: Mel Gibson, Erin Moriarty, William H. Macy, Diego Luna, Michael Parks, Dale Dickey, Miguel Sandoval, Raoul Trujillo, Ryan Dorsey, Thomas Mann (II), Richard Cabral, Daniel Moncada
Guión: Peter Craig
Música: Sven Faulconer
Fotografía: Robert Gantz

Después de que su novio traficante de drogas le tienda una trampa tras robar una fortuna a un  cártel, Lydia (Erin Moriarty), una joven de 18 años, se ve obligada a escapar. En su huída, solo encontrará un aliado: John Link (Mel Gibson), borracho y ex-convicto. que desea hacer de buen progenitor. Ahora tiene la oportunidad de hacer lo correcto y salvar la vida de su hija, aunque ello ponga en peligro la suya.

¡Bienvenido, Mr. Gibson!, habría que decir. La oveja perdida vuelve al redil. Y la verdad es que la película es muy digna, donde destaca la presencia poderosa de Mel Gibson, que llena toda la pantalla. Es una película previsible,pero a la vez muy entretenida de ver.

No es la primera vez que el cine lleva a las pantallas las relaciones de un padre con su hija, Aquí se dicen cosas sugerentes. La ausencia del padre ha marcado decisivamente a la hija. La falta del padre ha hecho que Lydia no haya podido desarrollar muchas de sus capacidades durante la adolescencia: auto confianza, autoestima, lo que le ha llevado a ser una drogadicta y a unirse a una banda de delincuentes.

En cambio,cuando la hija encuentra a su padre y tiene que huir con él, nace una auténtica relación de amor, de ternura y de admiración. Ello se refleja muy bien en las escenas finales de la película cuando Lydia afirma que, tras la muerte de su padre, hay noches en que no puede dormir debido a lo mucho que lo echa de menos. O, cuando pudiendo huir, en la lucha final con los perseguidores, Lydia decide permanecer con su padre, sabiendo perfectamente que puede morir.

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