lunes, 20 de marzo de 2017

LA LA LAND. La ciudad de las estrellas

Año: 2016
País: EEUU
Dirección: Damien Chazelle
Intérpretes: Emma Stone, Ryan Gosling, Rosemarie DeWitt, J.K. Simmons, John Legend, Sonoya Mizuno, Callie Hernández, Jessica Rothe, Finn Wittrock, Terry Walters, Tom Everet Scott, Anna Chazelle
Guión: Damien Chazelle
Música: Justin Hurwitz
Fotografía: Linus Sandgren

La película empieza como todo en los Angeles: en la autopista. Aquí es donde Sebastian (Ryan Gosling) conoce a Mia (Emma Stone), gracias a un desdeñoso claxon en medio de un atasco, que refleja a la perfección el estancamiento de sus respectivas vidas. Los dos están centrados en las esperanzas habituales que ofrece la ciudad. Sebastián intenta convencer a la gente en pleno siglo XXI que les guste el jazz tradicional y Mía solo quiere acabar por una vez una prueba de casting sin que la interrumpan con un "gracias por venir".

Sin entrar en los valores de la película-es un film musical que pretende ser como "los de antes" y que está lleno de referencias cinéfilas (Casablanca)-sí añadir que me parece una pena que no le hayan dado el Oscar a la mejor película. Por cierto, que la primera escena de la película es sencillamente espectacular. Se ve además que es un homenaje a otras grandes cintas de la gran pantalla  como "Siete novias para siete hermanos", "West Side Story", y "Las señoritas de Rochefort". Incluso se podría decir que tiene parecido  con la última película de Woody Allen "Cafe Society".  Y por supuesto hay que destacar la gran interpretación de Emma Stone.

La película es una historia de amor. El final recuerda el de "Los paraguas de Cherburgo", aunque sin el impacto agridulce de éste.Es la historia de un amor no comprometido. Se quieren, pero no se han comprometido a quererse, como pasa en el matrimonio. Eso hace que su amor esté en segundo lugar. Por delante están sus sueños profesionales que les terminan pasando factura. No quisieron adquirir el compromiso de que por delante de sus aspiraciones profesionales estaban él o ella, y perdieron la gran oportunidad de su vida: la de tener un proyecto matrimonial ilusionante que les hubiera llenado de verdad (esto se ve en el final, cuando Mia sueña lo que el futuro hubiera podido ser). Sin contar que, con toda seguridad hubieran podido alcanzar también sus sueños.

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