jueves, 28 de febrero de 2013

UN PASEO PARA RECORDAR


Año de producción: 2002 
Pais: EEUU 
Dirección: Adam Shankman 
Intérpretes: Shane West, Mandy Moore, Peter Coyote, Daryl Hannah, Lauren German, Clayne Crawford. 
Argumento: Nicholas Sparks (novela) 
Guión: Karen Janszen 
Música: Mervyn Warren 
Fotografía: Julio Macat 

 Landon (Shane West) es el típico guaperas guay en un instituto. Tiene su pandilla de amiguetes, y gran éxito entre las chicas. Pero es un tipo vacío y superficial, sin grandes planteamiento vitales. Una gamberrada pasada de rosca con un recién llegado, conduce a éste al hospital, donde se recupera muy lentamente. A modo de correctivo, Landon debe ser tutor de un chaval los fines de semana; además deberá colaborar con el grupo de teatro, donde según él y sus colegas, está la gente más aburrida del instituto. Entre ellos Jamie (Mandy Moore), hija de un clérigo (Peter Coyote), que tiene un aspecto y ropa muy serios, y a la que no tiene más remedio que pedir ayuda para aprender su papel en una obra. Con lo que no contaba Landon es con enamorarse: lo que le produce un conflicto, ya que por un lado no le apetece que sus amigos la vean con una chica supuestamente friqui, y por otro admira su inteligencia y visión trascendente de la existencia. 

Landon es un chico inmaduro, vacío, aunque de buen corazón. Jamie es una chica seria, con una religiosidad un tanto rígida y un poco antipática, pero trabajadora y llena de preocupación por los demás. El castigo que se le impone a Landon le exigirá que piense menos en sí mismo y al mismo tiempo, le permite a conocer a Jamie, de la que poco a poco se irá enamorando. Será un amor muy superficial, al principio, que pretende que no sea conocido por su pandilla, pero, con el trato con Jamie, pasa a ser un amor en que ella será lo único que le importe. Landon comprenderá que el amor es entregarse, darse a sí mismo. Por ella dará la cara ante su pandilla, rompiendo con la misma. Tendrá en cuenta que quiere muchísimo a su padre, y, por ello, antes de salir con ella, le pedirá permiso, sabiendo que no le cae nada bien. Va madurando, haciendo proyectos hacia el futuro. 

La verdadera prueba de su amor va a ser la enfermedad mortal de Jamie, que la llevará a la muerte. Landon no la dejará ni un momento y todos sus pensamientos estarán dirigidos a ella. Ese amor, ya purificado, les llevará al matrimonio y a que todos a su alrededor se transformen. 

La película presenta también otras cuestiones interesantes: la necesidad de esperar al matrimonio para tener relaciones prematrimoniales, que el director presenta sin mojigaterías. A la vez se aborda el sentido del dolor y del sufrimiento. En la sociedad actual, se dice que las relaciones prematrimoniales son bastante normales. Habría que decir mejor que son frecuentes. Como fue frecuente en otras culturas o en otros tiempos matar a los recién nacidos si eran niñas, o la esclavitud, o matar a judíos o a enfermos. Interesa destacar dos puntos en torno a las relaciones prematrimoniales. En primer lugar, quien reconoce el sentido propio de la unión como donación o entrega total sabe que no respeta ese sentido el que se une sin estar casado. El acto conyugal es manifestación del darse totalmente que implica el matrimonio. Esa entrega total falta en el noviazgo. Siempre se podrán volver atrás. En segundo lugar, a un buen noviazgo le sigue un matrimonio formidable. El noviazgo es escuela de conocimiento

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