lunes, 8 de junio de 2015

MIL VECES BUENAS NOCHES

Año: 2013
País: Noruega
Director: Erik Poppe
Guión: Erik Poppe
Música: Armand Amar
Fotografía: John Christian Rosenlund
Intérpretes: Juliette Binoche, Nikolaj Coster-Waldau, Maria Doyle Kennedy, Larry Mullen Jr., Mireille Darc,Lauryn Canny, Adrianna Cramer Curtis, Mads Ousdal

Rebecca es una gran reportera de guerra. Tras un grave accidente, su marido e hijos le dan un ultimatum: o ellos o su trabajo.

Aparentemente puede plantearse esta película como "el típico caso de conciliación vida laboral-familiar". Es posible que este drama vaya más allá. Y ello es porque lo que está en juego en la reportera protagonista es un dilema ético y una pasión: la obligación de contar al mundo las atrocidades que existen (que se  convierte en una pasión en la protagonista), por una parte; y, por otra parte, la pasión por su marido y sus hijos (a los que quiere con toda el alma), así como la incomprensión (entendible) de su marido y de su hija mayor: ésta llega a decir que prefiere que su madre esté muerta para no tener que sufrir tanto esperando que les llegue el aviso de que su madre ha muerto en la zona en conflicto.

De entrada este film tiene el interés del cambio de "roles de género" en la pareja. En este caso, Rebecca ejerce una profesión arriesgada y apasionante mientras que el marido queda al cuidado del hogar y de las hijas cuando ella está ausente. Este planteamiento convencional, pero a la inversa, genera en la protagonista sentimientos de culpa por no estar a la altura como madre y esposa. Quedando en evidencia, en cierto modo, la naturalización de la desigualdad de género, pues en general cuando es el hombre el que ejerce estas profesiones no suele plantearse este tipo de culpabilidad.

¿Como resuelve Rebecca el dilema?. Por su convencimiento de estar realizando una auténtica denuncia del horror, el fanatismo y la injusticia, apostará por su trabajo, aún sabiendo los enormes costes personales que le conlleva: de hecho, su marido la echa de casa, aunque, de alguna manera, la hija mayor, al final de la película, en cierta forma, disculpa a su madre.

¿Qué decir ante este dilema, tan dramáticamente planteado por el director (en la realidad, las cosas no suelen ser tan dramáticas)?. No me atrevo a entrar demasiado. Sí que me gustaría decir que hay un principio básico: en los conflictos familia-trabajo, la familia ha de estar en primer lugar. De lo contrario, le puede pasar como a la protagonista. Su marido la echa de casa y ella se siente enormemente sola. ¿Significa ésto que la solución se halla en que ella renuncie definitivamente a su trabajo?. Es una opción, que implica una carga de renuncia y entrega descomunal. Pero también podrá ser posible llegar a algún tipo de acuerdo con su familia para que de alguna manera ella pudiese continuar con su trabajo, pero partiendo de la idea que su matrimonio y sus hijas son prioritarios.

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