lunes, 21 de marzo de 2016

EL BECARIO-The intern

Año: 2015
País: EEUU
Dirección: Nancy Meyers
Intérpretes: Anne Hathaway, Robert de Niro, Rene Russo, Adam De Vine, Natt Wolff, Drena de Niro, Anders Holm, JoJo Kushner, Andrew Rannells, Zack Pearlmann
Guión: Nancy Meyers
Música: Theodore Shapiro
Fotografía: Stephen Goldblatt

Ben Whittaker, un viudo de 70 años, descubre que la jubilación no es lo que esperaba. Aprovecha la oportunidad de volver a trabajar y se convierte en becario senior en una empresa de moda online fundada y dirigida por Jules Ostin.

Agradable comedia, con sus cosas interesantes. En primer lugar, Ben es un hombre encantador: humilde, a pesar de su amplio blackground profesional, no avasalla, él ayuda a todo el que se pone a tiro, a veces sin que lo note el interesado. Es discreto, se lo piensa antes de hablar y los consejos que ofrece son como un regalo. Es agradable encontrarse con personajes en el cine tan positivos.

En segundo lugar, aunque sea de forma superficial, en la película se plantean diversos asuntos: el modelo de empresa, la autogestión, el análisis de datos, la gestión del tiempo, las relaciones en edad avanzada, la conciliación de la vida familiar, las nuevas tecnologías, la reinvención del negocio, las diferencias generacionales, el avance de la mujer en el mundo empresarial, las redes sociales o aspectos derivados del comportamiento humano.

La protagonista es trabajadora, buena empresaria, a la que se nos presenta como una buena persona. Sin embargo descuida a su marido y a su hija, trata de manera totalmente desconsiderada a su madre, y es incapaz de preocuparse por sus empleados.

Su marido la engaña. Ella dice que es por envidia de su éxito, ¿pero no tendrá algo que ver que ella no está nunca en casa y tiene totalmente olvidada a su familia?. Jules, sin embargo, tiene una reacción enormemente positiva que, para muchas personas, es difícil de entender y de hacer: ante una infidelidad, perdonar. Ello le lleva a plantearse efectivamente si su vida personal y familiar está siendo la más adecuada. Y aunque toma al principio la decisión de reducir sus  responsabilidades profesionales, termina por seguir dedicando el mismo tiempo a la empresa.

En ello se ve ayudado por su marido, que se da cuenta que ha metido la pata y le pide perdón, perdón que, desde el momento en que su mujer conoció la infidelidad, le fue concedido. Sin embargo, el marido no le pide que se dedique más a él y a su hija. Es decir, se vuelve al comienzo. Dedicación plena de la mujer a la empresa. Dedicación del marido al hogar. Si ella no cambia en algo, ¿se volverá a repetir la misma situación, a pesar de las buenas disposiciones del marido?. La directora nos deja con esta pregunta sin respuesta.

Emociona que en un momento determinado, Jules le pregunta a Ben: ¿Fue el tuyo un matrimonio largo?. No lo suficiente- contesta él- cuarenta y dos años. ¡Que envidia!, dice Jules. El ansia confesado por un matrimonio para siempre, podríamos decir.

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