lunes, 31 de agosto de 2020

SÁCAME DE DUDAS-Ôtez-moi d´un doute

Año: 2017
Países: Bélgica, Francia
Dirección: Carine Tardieu
Intérpretes: François Damiens, Cécile de France, Guy Marchand, André Wilms, Alice de Lencquesaing, Estéban, Lyés Salem, Sam Karmann, Brigitte Roüan, Julie Debazac.
Guión: Carine Tardieu, Baya Kasmi, Michel Leclerc, Raphaële Moussafir
Música: Eric Slabiak
Fotografía: Pierre Cottereau

Erwan, un viudo de 45 años que lleva una vida tranquila en la Bretaña francesa, descubre por accidente que su padre no es su padre. A pesar de toda la ternura que siente por él, investiga y encuentra a su padre biológico: Joseph, un simpático anciano del que se encariña inmediatamente. En su camino se cruza Anna, una mujer por la que siente una atracción especial y que traerá aún más sorpresas.

La película habla de la necesidad de tener un padre, y de que por otra parte no basta con serlo biológicamente hablando, se requiere esfuerzo. La hija de Erwan quiere ser madre soltera, pero su padre, que ha buscado a su verdadero padre, es plenamente consciente que el bebé no puede crecer sin la figura paterna. Al mismo tiempo Erwan, que aparentemente encuentra a su verdadero padre,  sigue queriendo y preocupándose por Guy, que ha sido su padre desde que nació y que le ha cuidado y educado para ser la persona que es. Hay una escena muy bonita en alta mar donde se escenifica la complicidad entre padre e hijo. Un padre e hijo que en apenas unos segundos recuerdan, con nostalgia, un pasado familiar plácido y feliz. Más allá de pruebas biológicas está la demostración de los afectos y en eso Guy, a su manera varonil, siempre ha respondido.

En "Sácame de dudas" son precisamente los hombres los que tienen que hacerse cargo de la familia y de la gestión de las emociones, una parcela que suele estar reservada para los personajes femeninos. De este modo Erwan tuvo que sacrificar su carrera profesional  para cuidar a su hija, tras la muerte de la madre. Por otro lado, la película juega muy bien con el enredo entre los dos padres, la hija de él y una hermana, consiguiendo un toque de originalidad.

No se entiende la fijación de Anna por mantener una relación sexual a toda costa con Erwan. Una chica tan seductora, aunque viva en una ciudad que parece que esté olvidada por la civilización, no se entiende su obsesión por un personaje con el que supuestamente no ha conectado desde el principio. No es que no encontremos a su protagonista como "el guapo", que por supuesto no lo es, y tampoco se trata de eso, pero una vez más el cine, y para colmo todo visto por una mujer, vuelve a ensalzar al macho alfa, al señor, no importa su edad, capaz de atraer, aunque sea por ciencia infusa, a la figura femenina, sea una joven o una adulta atractiva atraída y aunque le inspire lo mismo que un cubo de serrín.

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