lunes, 1 de julio de 2013

LA EDAD DE LA INOCENCIA


Año de producción: 1993
País: EEUU
Dirección: Martin Scorsese
Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Michelle Pfeiffer, Winona Ryder, Alexis Smith, Geraldine Chaplin, Mary Beth Hurt, Jonathan Pryce, Stuart Wilson, Richard E. Grant, Miriam Margolyes, Sian Phillips, Robert Sean Leonard.
Argumento: Edith Wharton (novella “The Age of Innocence”).
Guión: Jay Cocks, Martin Scorsese
Música: Elmer Bernstein
Fotografía: Michael Ballhaus

Newland Archer (Daniel Day- Lewis) acaba de comprometerse con May Welland (Winona Ryder). Su vida sufre un vuelco cuando irrumpe en ella la condesa Ellen Olenska (Michelle Pfeiffer), la prima de su prometida y una mujer nada convencional. Ellen se acaba de divorciar, ha vivido muchos años en Europa y no acaba de encajar en los rígidos convencionalismos que gobiernan la sociedad puritana de Nueva York. Los sentimientos de Newland se hallan divididos. Sinceramente desea ser leal a su futura mujer, de modo que se empeña en adelantar la boda. Sin embargo, ve en Mary a un ser aburrido, incapaz de mantener una conversación interesante, la perfecta dama de una sociedad que está empezando a odiar. Todo lo contrario de lo que representa Ellen, por quien se siente cada vez más atraído.

Historia de deberes y lealtades, de realismo y de sueños. La condesa renuncia, antes de que el protagonista se case, a él para no causar daño a May, su novia. No se divorcia porque es consciente del daño que causará a su familia. Después del matrimonio de Newland renunciará a él por la misma razón. Newland se enamora de ella, aunque no está claro si ama un sueño, por lo que ella representa (algo que está más allá de su aburrida vida), o es a ella misma. Quiere ser leal a May y se casa con ella. ¿Acierta?. Probablemente sí. May, con todos sus defectos, representa lo más real de su vida, aquello que aunque le aburra, no puede dejarlo. Tan es así que después de su matrimonio, no la dejará cuando ello se plantee y después de la muerte de May, ya siendo libre, no se acercará a la condesa. May, a su vez, defiende su matrimonio a capa y espada, ayudado en este caso por la familia y por toda la sociedad. ¿Por qué iba a dejar marchar a aquel de  quien estaba enamorada?.

Magnífica historia donde el deber y la lealtad (de la condesa y de Newland) priman sobre el sentimiento. Por otro lado, ¿hubiera funcionado el hipotético matrimonio de Newland y de la condesa?. Lo dudo. El está enamorado de una ilusión. May representa todo lo que es sólido y real en su vida.

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