Año de producción: 1999
Dirección: Juan Jose
Campanella
Intérpretes: Ricardo Darín,
Eduardo Blanco, Soledad Villamil, Ulises Dumont, Graciela Tenenbaum, Alfonso de
Grazia
Guión: Juan José Campanella
Música: Emilio Kauderer
Fotografía: Daniel Shulman
Cuenta la película la historia
amorosa de Laura y Jorge a lo largo de
dos décadas, con el telón de fondo de la historia reciente de Argentina y sus
avatares políticos. Los dos llegan a vivir juntos, pero él tiene miedo a
comprometerse, porque ello significaría perder su libertad. Y eso que ella
incluso le pide que se case con él. Al cabo de los años, él se da cuenta que
ha fracasado por no haber sabido aceptar
el compromiso.
Aparece como telón de fondo que
el matrimonio es incompatible con el amor. No es más que una mera oficialidad,
unos convencionalismos, algo que coarta y asfixia la libertad. Pero el
matrimonio es la consumación del amor. Implica poner todo lo propio en manos
del otro y de manera irrevocable. El que se entrega no quiere reservarse nada,
ni ahora ni en el futuro. No hay merma de la libertad: libremente se acepta el
compromiso, que es la mejor salvaguardia que esa donación de sí mismo se
mantendrá en el futuro. Con el compromiso, los dos cónyuges se comprometen a
mantener y aumentar su amor. Amor que tendrá manifestaciones distintas al
comienzo del matrimonio o al cabo de cincuenta años, que tendrá que apechugar
con las diversas vicisitudes que suceden a las personas en su historia personal.
Otra idea que está en el fondo de
este miedo a comprometerse es que es imposible el compromiso irrevocable. Es
importante tener siempre en cuenta que, en cualquier matrimonio, Dios empeña su
palabra para sacarlo adelante. Puede ser duro vivir el compromiso matrimonial
en circunstancias determinadas, pero la propia lealtad a la palabra dada es
también una buena garantía de que el matrimonio saldrá adelante. Por otro lado,
es signo de inmadurez pensar que en la vida todo va a ser bonito. Tampoco el
matrimonio. El compromiso conyugal implica también la aceptación de los
momentos malos.
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