lunes, 13 de octubre de 2014

BRIGADOON


Año de producción: 1954
Pais: EEUU
Dirección: Vicente Minnelli
Intérpretes: Gene Kelly, Cyd Charisse, Van Johnson, Barry Jones, Albert Sarpe, Elaine Stewart
Guión: Alan Jay Lerner
Fotografía: Joseph Ruttenberg

Clásico musical, minusvalorado al principio, pero cuya valoración ha ido subiendo con el tiempo, quizás porque se consideró, cuando se rodó, algo relamido.

Cuenta la historia de amor entre el protagonista (Gene Kelly) y Fiona (Cyd Charisse), en Brigadoon, pueblecito escocés, a donde fue a parar el primero, y que tiene la característica de desaparecer cada noche. A la mañana siguiente, reaparece en su sitio, pero habiendo pasado cien años.

Todos los musicales son historias de amor y todos  ellos acaban en boda. Quizás porque siempre los protagonistas desean que su amor pase de ser un sentimiento a ser un compromiso. No deja de ser curioso ello, porque la vida sentimental de los protagonistas de estos musicales es enormemente agitada, con varias bodas cada uno de ellos.

Pero en estas películas, y Brigadoon  es una muestra clara, aparece con  claridad que un amor verdadero tiene que terminar en matrimonio, y, además, para siempre. Puede ser que los contrayentes fallen, pero la idea es clara: el quererse de los protagonistas no es verdad si no se comprometen a quererse para siempre.

En esta película, dos de los habitantes de Brigadoon se casan. Su boda es sorprendente, pero válida según las leyes de Escocia: no hay necesidad de ministro ni inscripción en un Registro. Les basta el consentimiento, consentimiento que prestan hasta que la muerte les separe. ¿No hubiera sido suficiente el vivir juntos?. No les es suficiente: tienen que manifestar ante el resto del pueblo su compromiso de quererse para siempre.


Una vez más, el compromiso muestra lo más íntimo del matrimonio: el darse al otro, a la otra. Cuando uno de los contrayentes dice :”Sí, quiero”, es como si estuviera diciendo, “Me entrego a ti”, y como mi amor es verdadero, es una entrega que es para siempre. Si no es para siempre, no es entrega: es cálculo. Y haré lo posible porque así sea: lucharé contra el aburrimiento, contra la rutina, pasaré por alto tus defectos.

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