lunes, 6 de octubre de 2014

STOCKHOLM

Año: 2013
País. España
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Intérpretes: Javier Pereira, Aura Garrido
Guión: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen
Fotografía: Alejandro de Pablo

En una discoteca un chico se fija en una joven de cara triste, y sobre la marcha, se acerca a ella. A la salida él la espera y comienza entonces un continuo tira y afloja, una lucha por ligar con ella. La chica, aparentemente, se niega pero el tipo no se da por vencido.

A primera vista, parece la típica película de chico conoce a chica una noche, parlotean, ligan, se acuestan...y por la mañana si te he visto no me acuerdo. Pero las cosas, aquí, son más complicadas.

En esta película, ocurre lo que en la vida actual, es frecuente: <<El hombre finge amor, pero lo que realmente quiere es sexo; la mujer finge sexo, pero lo que realmente quiere es amor>>. El protagonista finge estar enamorado de ella para poder llevársela a la cama. Y al día siguiente pretende despedirla. Pero no se ha dado cuenta que no se puede jugar frívolamente con el corazón y los sentimientos de las personas. La gente no es de usar y tirar. En realidad, es un auténtico canalla.

Ella, en cambio, desde el minuto uno se ha enamorado de él. Finge sexo, pero lo que desea realmente es que la quieran. De ahí, su tremenda reacción cuando al día siguiente él pretende desembarazarse de ella. Ha olvidado que en la trilogía del amor-cabeza, sentimientos y voluntad-es indispensable, por muy enamorado que se esté, no perder la cabeza, aunque sea difícil, y más en este caso en que se ve arrastrado con gran fuerza hacia él. Pero tendría que haber mantenido esa lucidez necesaria para preguntarse si aquel chico le conviene. No lo hizo y se encontró con un canalla, que la usa como un pañuelo de usar y tirar, mientras que ella se ha dado totalmente. Resultado: la escena final en que, desesperada, se suicida.

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