lunes, 29 de agosto de 2016

LA HABITACION-Room

Año: 2105
Países: Canadá, Irlanda
Dirección: Lenny Abrahamson
Intérpretes: Brie Larson, Jacob Tremblay, Joan Allen, Sean Bridgers, William H. Macy, Cas Anvar, Tom McCamus, Amanda Brugel, Joe Pingue, Wendy Crewson
Argumento: Emma Donoghue (novela)
Guión: Emma Donoghue
Música: Stephen Rennicks
Fotografía: Danny Cohen

Cuenta la extraordinaria historia de Jack, un niño de 5 años, al que cuida su madre Joy. Pero su vida no tiene nada de normal. Están encerrados en un espacio de 3,5 por 3,5 metros, sin luz natural.

Es una historia que parece libremente inspirada en el cautiverio y liberación de la austríaca Natascha Kampusch, contada con elegancia, con sobreentendidos, evitando lo sórdido.No voy a entrar propiamente en los valores de la película-ampliamente contados por otra parte-pero si quiero subrayar que en muchos momentos es una pequeña gran película.

¡Que gran contraste existe entre la maternidad de Joy, que ha tenido su hijo en circunstancias nada idóneas y que le ha dado vida  y esperanza y el rechazo de su padre -el abuelo del niño- a éste!. En un momento dado el personaje de Larson recrimina a su padre (interpretado por William H. Macy) porqué no mira a su hijo, a Jack. Ella le obliga a mirarle, pero su padre no puede hacerlo, ni un segundo. ¿Y por qué no puede mirarlo?. Porque para él ese niño es una abominación, el personaje de H. Macy sólo  ve una violación, ve algo sucio, solo sexo y sufrimiento. No ve vida, no ve esperanza...El viejo Nick (el raptor) ha mancillado el honor de su hija y también el suyo propio y hay una criatura que se lo recuerda constantemente. ¿Se puede ser más egoísta?. ¿Que debería haber hecho la madre?. ¿Abortar?. 

La construcción de los personajes no es pintoresca ni rompedora, pero sí es profunda. Joy no es una madre perfecta. Ella también se estresa, se enfada, grita y se desquicia, pero quiere y protege a su hijo por encima de todo, como cualquier madre. Y Jack no es un querubín adorable salido de Disney Channel. El se asusta, es irracional, pilla berrinches y se plantea cuestiones cuando algo se sale de lo que él entiende como normal. Es feliz en la habitación porque no conoce otra cosa. La dinámica que se genera entre ellos vertebra toda la película desde el principio hasta el final.

La película sugiere reflexiones acerca de lo que hace que la vida valga la pena, incluso en los momentos más bajos, o de cómo se puede empezar a reconstruir una vida después de una experiencia demoledora. Es una historia de supervivencia aferrada  a los afectos, que contrasta con tanto cine consumista de fin de semana.

No es ésta una película melodramática. Es simplemente una película realista. No se tira de emociones, aunque angustia ver la situación de Joy (¿cómo se puede romper una vida de esta manera?) y te emocionas ante el lazo indestructible de amor de la madre y del hijo. ¡Ah!. Es una pena que no le hayan dado el Oscar al joven Tremblay. Es de las mejores interpretaciones que he visto en los últimos tiempos.




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