lunes, 22 de enero de 2018

NUESTROS AMANTES

Año: 2016
País: España
Dirección: Miguel Angel Lamata
Intérpretes: Michelle Jenner, Eduardo Noriega, Amaia Salamanca, Gabino Diego, Fele Martínez, Maria Jose Moreno, Jorge Usón, Cristina Gallego, Salomé Jiménez, Irene López Caballero
Guión: Miguel Angel Lamata
Música: Roque Baños
Fotografía: Fran Fernández Pardo

Carlos (Eduardo Noriega) es un escritor de guiones de cine de unos cuarenta años frustrado profesionalmente. Irene (Michelle Jenner) tiene unos treinta años y no tiene claro qué hacer con su vida. Sobre ellos aún planean las sombras de sus antiguas relaciones: un novio, en el caso de ella; su mujer, en el caso de él.

Aunque las comparaciones son odiosas, esta película tiene semejanza a "Antes del amanecer", con Viena sustituida por Zaragoza. El esquema es el mismo: los dos protagonistas hablan. 

Es una película amable, con "perlitas" como éstas. El le dice a ella cual es el mejor método de seducción: "A las tías os encanta redimir hombres con problemas"; "Los chicos duros y los tipos malos triunfan con vosotras"; "Vosotras, en los chulos y los duros, veis el niño interior que hay en ellos y se os despierta el instinto maternal"; "Cuando alguien te deje, es porque hay alguien mejor que tú".

Sin embargo, lo más real que se dice en la película es algo esencial en un matrimonio. Es el siguiente diálogo: "Ella. ¿Me escuchas cuando te hablo?; El. Si; Ella.Vas a resultar ser una fantasía femenina clásica: un hombre que escucha". 

Escuchar es oir e interesarse. Y las mujeres se quejan de ésto más que los maridos. "Mi marido no me escucha", es algo que se oye con frecuencia. Y tienen razón. Y ésto forma parte de la sicología del hombre y de la mujer. No olvidemos que somos distintos. "El hombre es de Marte y la mujer de Venus" es el clásico título de un libro muy conocido sobre las  relaciones de pareja. La mujer necesita hablar y ser escuchada. Muchas veces, con el simple escuchar se resuelven los problemas. Los hombres, por el contrario, son como osos de las cavernas, que se comunican con gruñidos y tienden a huir de escuchar a su mujer.

Me ha llamado la atención la frase "lo nuestro se había acabado". Con ésto, el protagonista no vuelve con su mujer, a pesar de que ésta se lo había pedido y a pesar de que ella le había traicionado en diversas ocasiones.

Cuando alguien se ha casado de verdad, ¿"lo nuestro de verdad se acaba"?. ¿Y los hijos, no cuentan? ¿De verdad cree el protagonista de la película que le va a resultar tan fácil olvidar a su mujer, a pesar de sus traiciones?. Cuando hay un matrimonio de verdad, serán "una sola carne" no es una frase bonita. Es una realidad muy real: unión de cuerpos y de almas. La ruptura de esa realidad es como partir a los cónyuges por la mitad. En este caso,además, la mujer le pide que vuelva. ¿Tampoco hay perdón?. Le podemos disculpar porque ha encontrado otra más guapa y que además le baila el agua. Pero claro, al cabo de un cierto tiempo, se habrá acostumbrado a su belleza y verá que es un ser humano con los mismos defectos o peores que la primera. Y siempre le quedará la duda si hubiera valido la pena luchar por aquel primer matrimonio.

El protagonista tiene también que recordar que un matrimonio no es solo cosa de dos: un matrimonio es cosa de tres. Si se olvida al tercer personaje que hay en un matrimonio, Dios, efectivamente es fácil tirar la toalla y pensar que ya no hay nada que hacer. Y sin embargo, ese tercer personaje tiene mucho que decir e incluso está más interesado que los propios cónyuges en que aquello salga adelante.

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