lunes, 5 de noviembre de 2018

EL CASO WINSLOW-The Winslow boy


Año: 1999
Países: EEUU, Reino Unido
Dirección: David Mamet
Intérpretes: Nigel Hawthorne, Jeremy Northam, Rebecca Pidgeon, Gemma  Jones, Matthew Pidgeon, Guy Edwards, Colin Stinton
Argumento: Terence Rattigan (obra de teatro)
Guión: David Mamet
Música: Alaric Jans
Fotografía: Benoit Delhomme

1912. La familia Winslow es una familia feliz: Arthur y Grace componen un matrimonio ya mayor, muy unido; Dickie es universitario, no demasiado brillante pero buen chico; Catherine, inteligente y defensora del voto para la mujer, acaba de prometerse; y Ronnie es un chaval que se prepara para ingresar en la marina. Justo cuando acaba de anunciarse el compromiso de Catherine, una desagradable noticia viene a turbar la paz del hogar; Ronnie ha sido expulsado del colegio naval, acusado de robar un giro postal de 5 chelines. Convencido de la inocencia de su hijo, Arthur se embarca en un proceso judicial; su propósito, "que se haga justicia".

Se ve el origen teatral de la película, pero David Mamet logra que el espectador la siga con enorme interés, porque, con independencia del propio desarrollo argumental-la defensa de Ronnie- se plantean  cuestiones de calado.

Una de ellas es la sinceridad en la relación padres-hijos. Cuando Arthur pregunta a su hijo si ha robado ese dinero le dice: "Si me mientes, lo sabré, porque una mentira entre tú y yo no puede quedar oculta"; y una vez el chico se ratifica en su inocencia, el padre ya no dudará en ningún momento de su sinceridad.

La familia responde en bloque ante la acusación contra Ronnie. Pero para Dickie supondrá dejar de ir a la Universidad por los elevados gastos que supone la defensa de su hermano. Para Catherine será peor: su novio romperá el compromiso. Llega incluso un momento en que el propio Arthur tirará la toalla porque es plenamente consciente de los enormes sacrificios personales que la defensa de Ronnie está suponiendo para su mujer y sus hijos. Sin contar con que su salud se va alterando poco a poco a consecuencia del enorme esfuerzo físico y síquico que está suponiendo el caso. Y tiene que decir: ¡Basta!. La familia ha respondido, pero ya no puede ir más allá, y no porque ellos se nieguen a seguir apoyando a su hermano, que lo siguen haciendo. Y para Ronnie es un importante legado, con independencia del resultado del juicio, la lucha de su familia por la limpieza de su nombre, una lucha de David contra Goliat.

También manifiesta la peícula un tema clave: el honor, como patrimonio esencial de una persona. Para Arthur, no se trata sólo de que se haga justicia o defender el buen nombre de su hijo. Al acusar injustamente a su hijo, han atacado el honor familiar, que es lo mismo que decir su propio honor. Y para el abogado, el caso supone conquistar a Catherine. Quiere que se haga justicia, quiere ganar sus honorarios, pero sobre todo quiere ganar el amor de Catherine, de quien se enamora cuando la ve llegar por primera vez a su despacho.

Destacar también la labor del director. Es impresionante lo bien que se describe el juicio sin que veamos una sola imagen de él o que nos muestre el extremo sacrificio económico que está realizando el padre, no sólo con algunos comentarios, sino con los huecos que paulatinamente aparecen en las paredes donde antes había cuadros u otros adornos de valor.

Por cierto, la escena final es de las mejores de la historia del cine. Y otro gran momento es, cuando en lo más duro del interrogatorio, Ronald se agarra con una mano a su madre, pero sin dejar de mirar a los ojos al abogado.

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