Año de producción: 1960
Dirección: Stanley Kubrick
Intérpretes: Kirk Douglas, Jean Simmons,
Laurence Olivier, Charles Laughton, Tony Curtis, Peter Ustinov, John Gavin,
Woody Strode
Guión: Dalton Trumbo
Música: Alex North
Fotografía: Rusell Metty
Espartaco. El nombre de un
esclavo tracio que lideró una rebelión cpntra Roma, tras huir de una escuela de
gladiadores con 70 hombres. Reunió en torno a sí a 120.000 seguidores, un
auténtico desafío a Roma. Las legiones de Craso y Pompeyo se emplearon a fondo
para derrotarle y crucificar a 6.000 hombres en la Vía Apia, a modo
de escarmiento. Al fondo estaban las luchas intestinas en el Senado, con el
creciente poder de Craso y Julio César.
En la película hay una subtrama
que es la historia de amor entre Espartaco y Varinia, que da lugar a un
matrimonio natural. No ha inventado,
pues, el matrimonio la Iglesia: ha asumido esta realidad en el sacramento del
matrimonio.
No es la indisolubilidad una
característica del sacramento. Es algo propio de cualquier matrimonio natural.
¡Prohíbeme que me separe de ti!, le dice Varinia a Espartaco. Y por tres veces,
Espartaco le contesta: ¡Te lo prohíbo!. El amor de ella es tan fuerte que lleva a la plena entrega de
su libertad: su presente y su futuro. No es una imposición desde fuera.
Cualquier amor lleva consigo un deseo de eternidad.
La indisolubilidad es el seguro
de la felicidad. Es quemar las naves, como Hernán Cortés en Méjico, y blindar
el amor. Porque la vida da muchas vueltas y hay días de todos los colores. Así
como hay colegas y amigos que en algún momento pueden atraer. ¿Cuesta, por tanto?. A veces
mucho, como todo lo importante.
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