lunes, 3 de marzo de 2014

DOS EN LA CARRETERA


DOS EN LA CARRETERA
Año de producción:  1967
País: Reino Unido
Dirección: Stanley Donen
Intépretes: Audrey Hepburn, Albert Finney, Eleanor Bron, William Daniels, Gabrielle Middleton, Claude Dauphin, Jacqueline Bisset
Guión: Frederic Raphael
Música: Henry Mancini
Fotografía: Christopher Challis
 
El film muestra a una pareja en plena crisis conyugal, que recuerdan la época en que eran felices, empezando por su flechazo. Albert Finney y Audrey Hepburn componen sus personajes a la perfección.
La tesis central es que en un matrimonio ni hay plena felicidad ni plena desgracia. Hay obstáculos –incluyendo las infidelidades de ambos- y siguen adelante.
No obstante, hay una cierta visión negativa del matrimonio. Los momentos en que ambos cónyuges fueron felices son mostrados en la película como aquellos en que se conocieron, antes de casarse. El matrimonio lleva más bien al aburrimiento –son reveladoras las imágenes en que se muestran a un matrimonio ya mayor que están juntos, pero no tienen nada que decirse o, al principio de la película, cuando se ve a una pareja de recién casados, saliendo de la iglesia, con caras largas- y a la rutina. Probablemente hay algo de autobiográfico, ya que Stanley Donen se casó cinco veces.
Seguramente es cierta una de las tesis de la película que ambos cónyuges tienen que seguir disfrutando como lo hicieron antes de casarse. En definitiva, seguir divirtiéndose juntos. De lo contrario, la rutina les puede. Ambos pierden la ilusión, pero él se dedica sólo al trabajo, olvidándose de su mujer, y ambos son infieles, el sexo se convierte en obligatorio, aunque el rescoldo de su amor está ahí y ello les permite seguir adelante. En este sentido, es una película con un sentido positivo de que, a pesar de los pesares, deben seguir juntos, aunque el espectador tiene claro que las situaciones que se han vivido en el film pueden volver a repetirse más adelante. De hecho, cuando el marido le pide explicaciones a su mujer acerca del engaño, ésta le dice que ha sido porque “ella es así”.
La película muestra lo importante que es el perdón y lo difícil que es otorgarlo. Ello se ve en el  caso del marido, cuando su mujer le dice que le ha engañado. De hecho, a pesar de que seguirán continuando juntos, da la impresión que el marido ya no va a olvidar esa infidelidad, a pesar de que él la ha engañado  en diversas ocasiones.

Si hiciéramos un ejercicio de predicción, ¿podemos asegurar que ese matrimonio no terminará rompiéndose definitivamente?. No sería el primer caso de un matrimonio que rompe, aunque ambos se sigan queriendo, pero al final se han hartado definitivamente uno del otro. Algunas cosas tendrían que cambiar: volver a recuperar la ilusión de estar juntos, de pensar el uno en el otro, volver a ver el sexo como la manifestación de su amor, superar el egoísmo de pensar que lo único que importa es el trabajo y que los hijos son un problema (en el caso de él), o en el caso de ella, olvidarse de que “ella es así” (aunque en este sentido, ella tiene menos culpa, porque se ha sentido totalmente abandonada), recordar que son “uno”, unidos con un vínculo fortísimo, no dos personas que se limitan a convivir. Y recordar también, cosa que se echa de menos en la película, que el matrimonio tiene un componente religioso que hace más fácil que puedan continuar juntos. Los obstáculos siguen ahí, pero tendrán más fácil superarlos, y ellos les ayudarán a madurar como personas.
 

 

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