miércoles, 2 de abril de 2014

¿DONDE VAS, TRISTE DE TI?


Pais: España
Año: 1960
Intérpretes: Vicente Parra, Marga López
Director: Alfonso Balcázar
Guión: Juan Ignacio Luca de Tena

Después de la muerte de la reina Mercedes, la primera esposa de Alfonso XII, se plantea el problema de la sucesión. Anímicamente destrozado, Alfonso debe seguir concentrándose en las tareas de gobierno para asegurar la estabilidad política. Es un rey muy popular y respetado por los españoles, pero la monarquía necesita un heredero y el rey elige a Maria Cristina de Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Austria, como futura reina de España. Esta vez es un matrimonio sin amor, aunque el rey le toma afecto a Maria Cristina. El recuerdo de Mercedes se interpondrá en el matrimonio. Y el ansiado hijo varón nacerá cuando Alfonso XII ya ha muerto.

Alfonso se casa con Maria Cristina sin amor. En ese triplete que forma en el amor conyugal la voluntad, la inteligencia y la afectividad falta ésta última. D. Alfonso ha pensado en cual ha de ser la candidata idónea para ser reina de España, ha elegido-y esto es lo más importante en el amor conyugal- pero falta el sentimiento. Sentimiento, que, por otro lado, también hubiera podido faltar después, con el paso del tiempo y el roce diario, sin que por ello sufra el matrimonio, sostenido por la voluntad.

No se puede fundar el matrimonio sólo en el sentimiento, porque puede faltar. Sin embargo, parece que ésto es lo que predomina hoy en día, por encima de la inteligencia y la voluntad. Sin amor, no puede haber matrimonio, parece ser un axioma. Ciertamente que es muy bueno casarse enamorados, pero a la vez hay que saber que el futuro de la pareja se tendrá que construir sobre bases donde entrarán en juego otras consideraciones: el olvido de sí, la paciencia, el perdón y el saber hablar con el otro cónyuge siempre que sea necesario. Ello hará que aquel enamoramiento, puro sentimiento, se convierta en firme como una roca e incluso aumente con el paso de los años.

Doña Cristina se casa por deber. Pero ella va amar ese deber, le va a dar un sentido trascendente y lo va a cumplir porque entiende que así cumplirá y amará la voluntad de Dios. Va a ser una vida ingrata, porque su marido no la quiere, pero ella terminará queriéndole.

No hay comentarios:

Publicar un comentario